domingo, 9 de diciembre de 2018
La crisis de los 90 días

Por Alex FERGUSSON, para SudAméricaHoy

Se cumplieron ya los primeros 90 días (en realidad los primeros 100) desde que el gobierno venezolano anunció el GRAN PLAN ECONÓMICO para salvar la patria.

Las promesas fueron claras:

…“se resolverán los problemas económicos y se ganará la guerra económica; se acabará con el proceso de dolarización de los precios; se eliminará el Déficit Fiscal, habrá prosperidad y crecimiento, y alcanzaremos el equilibrio económico en 90 días”.

Las medidas, diseñadas con el apoyo de “los asesores políticos aliados” (de Cuba, de Rusia y del Partido Podemos de España – Serrano Mancilla mediante), fueron:

  1. Sustituir al dólar por el Euro y crear nuevos criterios para la fijación de precios
  2. Precios y salarios fueron anclados al “Petro” (moneda virtual recién creada por el gobierno bolivariano), el cual a su vez está soportado por el precio del petróleo
  3. El valor del Petro se fijó en 3.600 Bolívares del nuevo cono (o a su equivalente de 60 US $)
  4. El salario mínimo se elevó de 5 a 180 millones de Bs, unos  1.800,00 Bs. del nuevo cono (o Soberanos) que equivalen a ½ Petro  (unos 29 US $)
  5. Se otorgó un único “Bono  de Reconversión”  equivalente a 600 Bs Soberanos, a todos los que porten el “Carnet de la Patria”
  6. El gobierno asumió el pago del diferencial del aumento del salario mínimo a la nómina de la pequeña y mediana empresa privada (por 90 días).
  7. Se creó un nuevo Sistema Cambiario con un solo tipo de cambio (cercano al valor del dólar libre actual) pero anclado al Petro, que funcionará a través de subastas (entre 3 y 5) semanales.
  8. Se definió una nueva Política Tributaria (aumento de impuestos):
    1. Aumenta cuatro (4) puntos al IVA (Indice de Valor Agregado o Impuesto a las compras) del 12 % actual, al 16 %
    1. La recaudación de impuestos será semanal, en vez de quincenal
    1. Se aplicará un impuesto a las transacciones financieras del 2 % (que afectaró a 133.000 contribuyentes especiales – que parecen tener nombre y apellido)
  9. El combustible para vehículos automotores (gasolina)  se venderá a precio internacional. A tal efecto se habilitarán 8.000 Estaciones de Servicio. (gasolineras) que funcionarán con descuento para los que porten el “Carnet de la Patria” (Esta medida ha sido postergada ya, dos veces,  y a la fecha no se ha aplicado)
  10. Se establece la meta de lograr que el 95 % de las transacciones comerciales del país sean hechas por vía electrónica (no más papel moneda).

Tal como predijeron los entendidos, este “paquetazo”, cargado de incoherencias, dudosamente viable y generador de gran incertidumbre y poca confianza, tuvo un enorme impacto macro y microeconómico que está  conduciendo al  colapso económico  y social de la nación.

El fracaso del PLAN ECONÓMICO DE RECONVERSIÓN ha sido tan estruendoso, que el gobierno se vio obligado a anunciar “nuevos anuncios” (disculpe el lector).

En su alocución del 29 de noviembre pasado, el presidente informó que, en vista de la situación, aumentará el Salario Mínimo y las pensiones en un 150 % (de 1800 a 4500 Bs.) y que el valor del Petro aumentará también en la misma proporción (de 3600 a 9000 Bs.). Por cierto que resulta inexplicable que si el Petro depende del precio del petróleo y esta cayó de 60 a 50 dólares, el Petro se revalúe 150 %.

 Así que, los que compraron Petros, tendrán una sorpresiva ganancia del 150 % en solo 1 mes. Parece, entonces, que tenían razón aquellos, más audaces que dejaron entrever que detrás de este paquete de medidas inéditas, se escondía la intención de crear un Sistema Financiero Autárquico, con una puerta trasera de acceso libre para el negociado de los dineros obtenidos por cualquier  vía ilícita.

Por otra parte, no fue sorpresa que no se dijera nada acerca de la hiperinflación, la oprobiosa deuda externa, la inseguridad (27 mil muertes violentas por año), los centenares de miles de emigrantes, la presencia activa de contingentes de milicianos del ELN y las FARC colombianas en nuestro territorio, la escasez de alimentos, medicinas y de casi todo; de la crisis de los servicios de agua potable, electricidad, transporte y salud; del estado actual, deplorable, del aparato productivo industrial, agrícola y pecuario, así como de la situación de colapso e improductividad de la empresa petrolera nacional (PDVSA). Tampoco se habló de los escándalos de corrupción que han estado ventilándose recientemente y que involucran a altos funcionarios y ex funcionarios del gobierno y a sus amigos cooperantes, así como a personajes de la oposición claudicante.

Previamente, en un informe reciente ante el Fondo Monetario Internacional, el propio Banco Central de Venezuela, había reconocido el fracaso. Allí se señalaron algunas cifras:

La caída de PIB en -15,7 % (probablemente como consecuencia de la debacle de la industria petrolera nacional); la quiebra del aparato productivo nacional expresada en la caída de la manufactura en -25 %; de la construcción en -57 %; de la actividad de la banca y los seguros en -32 %; de las importaciones públicas en un -27 % y de las privadas en un -51 %, y el reconocimiento de una inflación de 860 % que contrasta con la señalada por los expertos en 10.000 % o la predicha por el FMI de 1 millón % o más.

Así pues, nada de lo prometido hace 100 días se cumplió. El PLAN fracasó. La crisis económica, social, política y cultural se agravó y el gobierno, ante la evidencia de su fracaso, recurrió a más de lo mismo: crear la ilusión de riqueza metiendo dinero en el bolsillo de la gente, al tiempo que aumenta la represión contra los que se atreven a oponerse, eso sí, con su cara muy lavada.