EL VIDEO
Discurso de Gabriel Boric
Por Carmen DE CARLOS
El desencanto y la frustración parecen imponerse en los venezolanos que, hace apenas unas semanas, pensaban que era posible cambiar el Gobierno en las urnas y aspirar a una democracia plena.
El sueño del “referéndum revocatorio” se rompió el 20 de octubre. La decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de interrumpir la recolección de firmas lo convirtió en papel mojado.
La rabia fue seguida de amargura cuando se produjo la intervención de la Iglesia (sin duda de buena fe) pero ésta significó que las movilizaciones previstas se transformaran en silencio de drama.
La mediación a última hora del Vaticano provocó en Venezuela algo parecido a barajar y dar de nuevo en unas negociaciones cuyo único efecto inmediato ha sido el debilitamiento de la MUD (Mesa de Unidad Democrática). Dicho de otro modo, una vez más, con la bendición de Francisco, los beneficiados de este eterno proceso de presunto diálogo han vuelto a ser, al menos de momento, los miembros del Gobierno que encabeza Nicolás Maduro.
Las eternas prórrogas del infinito partido que se juega con las reglas y tiempos interesados del sucesor de Hugo Chávez, terminan, inexorablemente, en un plato conocido: Más Maduro. A los nuevos jugadores que se suman al equipo del ex presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, les cabe el desgaste brutal generado en una oposición que, en definitiva, busca juego limpio y estado de derecho. Las diferencias dentro de la MUD se han hecho grieta y evitar su desgarro no parece fácil.
En este escenario, el Gobierno de Maduro, pese a lo tosco de sus modos, ha demostrado, con ayuda de otros, que es capaz de algo más que flotar en la tormenta.