jueves, 26 de marzo de 2020
«The most wanted», el regalo de Trump a los venezolanos

Por Ludmila VINOGRADOFF, para SudAméricaHoy

En medio de las malas noticias sobre el coronavirus, hubo una buena para los venezolanos: celebraron con dulce de papaya el latigazo que el gobierno de los EEUU dió al régimen de Nicolás Maduro.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a Maduro y a otros 14 altos cargos de su gabinete ministerial por los presuntos delitos de narcoterrorismo por estar vinculado con organizaciones narcoguerrilleras como las FARC y el ELN de Colombia y grupos islámicos como el Hizbolá.

Esta alianza con los grupos narcoterroristas tenía como objetivo «inundar» Estados Unidos de cocaína, afirmó el fiscal general del Departamento de Justicia, Bill Barr. No dudó al identificar a Maduro como el líder del Cartel de los Soles. Entre 200 y 250 toneladas de cocaína se enviaron a los EE. UU con el amparo del régimen chavista.

El fiscal general de los EEUU, Bill Barr, le puso precio a las cabezas del régimen chavista madurista, comenzando por 15 millones de dólares para la captura de Maduro y de 10 millones de dólares a cada uno como al segundo en el mando, Diosdado Cabello, el vicepresidente de economía Tareck El Aissami, el ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López y al presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno.

En la lista de los 14 altos cargos también figuran entre otros: Luis Motta Domínguez, ex ministro de Energía Eléctrica; Cliver Alcalá Cordones, mayor general del Ejército; Nervis Villalobos, ex viceministro de Energía Eléctrica; Hugo Carvajal, diputado a la Asamblea Nacional, y Néstor Reverol, ministro de Interior, Justicia y Paz.

Las imputaciones del fiscal general Barr han hecho temblar al régimen de Maduro que, por ahora, no se ha atrevido a responder. Debe estar estudiando el contraataque que dará a Washington o viendo por dónde saldrá huyendo para salvar su pellejo.

Lo cierto es que el Fiscal estadounidense, con su lista chavista “the most wanted” inicia un proceso legal goloso para los caza recompensas y compañías de seguridad. Hasta ahora los casos más sonados fueron los del panameño Noriega, el libio Muamar Gadafi y el irakí Sadam Hussein. Antes de su caída el difunto Hugo Chávez había condecorado con la espada del Libertador a Gadafi y Hussein.

La alegría de los venezolanos no se ha hecho esperar. Se pueden ver por las redes sociales donde las expresiones de satisfacción han saltado lo inesperado por el regalo de Donald Trump. Las caras  de los chavistas más buscados por la justicia internacional  era lo que necesitaban para compensar tanta penuria, ruina y miseria a la que están sometidas por Maduro.

Los venezolanos han sufrido el coronavirus por partida doble. Maduro ha dictado una cuarentena dura y rígida al estilo militarista con toque de queda, persecución y cárcel contra periodistas, médicos y personal sanitario que denuncien la precariedad de los hospitales y el sistema de salud.

Pero además de no poder hablar ni salir, tampoco hay agua ni luz ni gas ni gasolina para transportarse ni comida ni medicinas para desinfectarse. El verdadero infierno bolivariano. Así está el 90% de la población, el déficit de gasolina es del 85%. El país colapsado.

Maduro ha intentado oxigenarse con la pandemia imponiendo controles sociales y volviendo a llamar a un diálogo de sordos, que de antemano ya huele a fracaso. Por eso, los venezolanos se alegran de que su cabeza valga ahora 15 millones de dólares y el tic-tac del reloj no le deje dormir tranquilo en ningún escondite a menos que negocie un exilio dorado. Todavía está a tiempo.