martes, 17 de septiembre de 2013
La riqueza de Belo Horizonte, gancho para los turistas del mundial
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Panorámica Belo Horizonte

Belo Horizonte. Alba SANTANDREU/ Efe

Conocida por su excelente gastronomía y su ajetreada vida nocturna, la ciudad de Belo Horizonte, una de las sedes del Mundial de 2014, ofrecerá a sus turistas futboleros algo más que buenas dosis de balón y diversión: un recorrido cultural por el pasado y presente del estado «minero».

A falta de nueve meses para que comience la Copa del Mundo Brasil 2014, la capital del estado de Minas Gerais calienta motores tanto a pie de campo como en sus aledaños para ofrecer un amplio abanico de alternativas a aquellos visitantes que encuentran en el fútbol una buena excusa para hacer turismo por Brasil.

Con una afición dividida entre el Atlético Mineiro y el Cruzeiro, los belohorizontinos guardan en sus espaldas más de tres siglos de historia, arte y cultura recogidos, desde 2010, en nueve museos y espacio integrados en el conocido como «Circuito Cultural Plaza de la Libertad», el mayor complejo cultural del país.

El circuito, organizado en torno a la plaza que le da nombre, sumerge al visitante por el pasado y presente del estado «minero» a través de diversas exposiciones que rescatan el legado dejado por su población indígena, sus colonizadores y esclavos, sus políticos, sus artistas y demás habitantes que han tejido la historia de Minas.

Belo Horizonte. Brasil

Estación Belo Horizonte. Brasil

Custodiada por antiguas secretarías del Gobierno transformadas hoy en museos, la Plaza de la Libertad condensa la diversidad cultural de un estado cuya fundación esta indisolublemente ligada a la fiebre del oro, que atrajo un fuerte flujo migratorio en el siglo XVII.

«La idea de este circuito se remonta a la época de los 70, una idea bien antigua del gobernador Franceino Pereira, que ya pensó en dar esa importancia cultural a esos edificios que en aquel momento servían de sedes del Gobierno», dijo Leticia Bessa, asesora de prensa del Gobierno de Minas Gerais.
Desde 2010 hasta hoy el «Circuito Cultural Plaza de la Libertad» ha recibido más de dos millones de visitantes.

Partícipe del trasiego constante de jóvenes y niños alrededor de su verde explanada repleta de palmeras y jardines, la plaza sirve de antesala del majestuoso Palacio de la Libertad, antigua residencia de Gobernadores, inaugurada en 1987, y que hoy constituye uno de los principales atractivos de este recorrido cultural.
De influencias neoclásicas, el palacio ofrece a los turistas una gran belleza artística y un paseo por la historia política del estado a través de la visita de sus más de treinta instalaciones.

A pesar de la distancia que separa la Plaza de la Libertad del estadio de Mineirao, uno de los templos del fútbol brasileño y que albergará algunos de los partidos del Mundial, la cita para los turistas es obligada en este circuito.

Más allá de estar presentes en este nuevo capítulo de la historia del fútbol, el turista no debe dejar escapar la oportunidad de conocer más sobre el folclore y la cultura de Brasil, en la región cuna de los principales movimientos políticos del país.

El Centro de Arte Popular Cemig, en concreto, recoge parte de su tradición a través de esculturas de cerámica y madera, instrumentos musicales y trabajos relacionados con las conmemoraciones religiosas realizadas por artistas de pueblos y ciudades con gran producción artística, como Ouro Preto, Prados o Sabará, entre otras.

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Panorámica nocturna

«El circuito cultural es uno de los principales puntos turísticos de Belo Horizonte y ofrece una cultura muy rica de estado. Cada espacio cuenta un poco lo que es Minas Gerais, en sus diferentes aspectos», explicó Bessa.

El «tour» se completa con la visita al Archivo Publico Minero, la Biblioteca Publica Luiz de Bessa, el Centro Cultural Banco de Brasil, el Espacio Tim UFMG y Conocimiento, el Memorial Minas Gerais Vale, el Museo de las Minas del Metal, el Museo Minero y tres museos más que serán inaugurados recientemente.

Con este recorrido, Belo Horizonte, también conocido popularmente como «Beagá», por el sonido en portugués de sus iniciales (BH), busca que en la memoria de sus turistas no solo quede grabado el Mineirao, sino también la gran riqueza cultural y gastronómica de su estado.