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Discurso de Gabriel Boric
Buenos Aires. Por Raúl OCHOA, para SudAméricaHoy (SAH)
Brasil sigue avanzando en una pacífica transformación social que ha incorporado, desde el 2003 a la fecha, nuevos contingentes a las clases medias equivalentes a la población argentina. Brasil va logrando sacar de la pobreza extrema a gran parte de los segmentos mas postergados y discriminados de la sociedad brasileña, lo que implica un avance importante. Sobretodo, porque lo logra con bases sólidas y no clientelares.Según como se lo vea, el año 2012 para Brasil puede ser analizado como un año de transición hacia un nuevo ciclo de crecimiento o desde otro ángulo, un año más dentro de los de reducido aumento del PBI, como ha sucedido en las dos últimas décadas.
En la primera hipótesis, el conjunto de medidas adoptadas por la administración de Dilma Rousseff que quiebra con la tendencia a la sobrevaluación cambiaria, disminuye las tasas de interés, rompe con el Estado Federal como único inversor en las obras de infraestructura, exime de impuestos y contribuciones a una serie de actividades afectadas por la competencia externa, otorga prioridad absoluta a la mejora de la educación primaria y secundaria y busca asegurar mecanismos de acceso amplios a la universitaria, para los sectores mas relegados de la sociedad brasileños y refuerza las políticas destinadas a aumentar la I&D&I, van en el camino correcto. Para la educación y la investigación y desarrollo propone específicamente que se destinen los fondos excedentes que provengan de los nuevos campos petrolíferos de presal off-shore.[1]
Para el segundo enfoque, las medidas adoptadas no surtirán el efecto deseado y por lo tanto el año 2013 tendrá algo más de crecimiento del PBI – alrededor del 3/3,5 % – pero la inversión seguirá siendo baja y por lo tanto la recuperación estaría lejos del potencial brasileño. Esta visión tiene que ver con que la industria no se recuperaría del efecto de sustitución por producción extranjera y que las exportaciones de manufacturas permanecerían estancadas o seguirían perdiendo competitividad; por otra parte señalan que la productividad no aumenta lo suficiente habida cuenta los aumentos salariales y la presión inflacionaria de los servicios.
Algunos números y reflexiones permitirán observar cuanto del vaso está lleno y que parte está vacío. Hay un elevado consumo interno, y la desocupación se encuentra a un nivel mínimo 4,5 % traccionados por comercio y servicios, no por la industria que mantiene niveles de dotación similares a los del año 2011.
El índice de precios IPCA está en 5,01 % por encima del piso, pero lejos del techo 6,5 %; sin embargo desagregada, muestra diferencias importantes: los servicios no transables están por encima del 8 %, alimentos en 8,7 %, los precios regulados (energía, transporte, combustibles) en el 3,5 % y los bienes industriales alrededor del 0 % a pesar de la depreciación del real. Los salarios han subido por encima de la inflación y de la productividad.
El déficit de cuenta corriente del balance de pagos se mantiene estable, a pesar del menor saldo de la balanza comercial y con 50 MM USD – 2,2 % del PBI – es más que compensado por la IED neta estimada en 65 MM USD.
La inversión lleva 5 trimestres negativos, se espera que las medidas adoptadas en materia cambiaria, crediticia y de exenciones tributarias – que deberían haber mejorado, en promedio, un 20 % la situación de un número de industrias – reanimen los indicadores del 2013
Hay un efectivo desplazamiento de producción local por importaciones. Se registra un cambio significativo en el consumo aparente de bienes finales en los últimos años y que coincide con el período de mayor apreciación cambiaria y un gap marcado entre el mayor nivel del quantum de importaciones y la pérdida relativa de producción industrial que comienza a partir del 2004 y se amplía hasta finales del 2012.
Pero al mismo tiempo, todo este período indica un poderoso movimiento de mejora de los ingresos de las familias y de los segmentos más postergados de la población brasileña y de distribución más equitativa del ingreso, con aumentos muy por encima del PBI per capita, de la media y mediana de distribución del ingreso – inclusive en el año 2012 donde el PBI per capita es prácticamente 0 % – y del coeficiente GINI que está ahora en 0,522 habiendo llegado en el peor momento del BELINDIA (1990) a 0,60.[2]
Para tener una idea cabal del mejoramiento de indicadores sociales y esto se refleja en la popularidad de Dilma mayor que la de Lula desde el 2003 el Gini ha mejorado (cayendo) desde el 2003 a una tasa compuesta del 1,2% anual, la renta media del trabajo ha mejorado un 40,5 % sobre el PBI per capita en el mismo período, a una tasa compuesta del 2,9 %.
Inclusive algunas afirmaciones sobre la caída de la industria automotriz brasileña y por ende de las exportaciones argentinas hacia ese mercado en el 2012, no se compadecen con las cifras finales alcanzadas durante ese período.
Según Carta de ANFAVEA publicada hace una semana atrás, el patentamiento total de vehículos fue de 3.802 M de unidades + 4,6 % que el 2011, record histórico; la producción fue de 3.342 M con una caída del 1,9 % sobre 2011, pero en autos y utilitarios livianos fue de +1,2 % con caídas importantes en camiones 40,5 % y buses 25,4 %. Esto obedece justamente a la baja en inversiones, pero no en bienes de consumo durables como son los autos y también a que las exportaciones de vehículos cayeron más que las importaciones 20,1 % versus 7,3 %; en unidades físicas 442.000 versus 745.000. Las importaciones de vehículos afectadas por la suba del IPI de 30 puntos correspondió a los provenientes de extrazona Mercosur; por lo tanto la reducción de la colocación de autos y utilitarios livianos ensamblados en nuestro país, más que un problema macro debería obedecer a cambios en la demanda o a modelos sustituidos por otros.[3]
Concluyendo, los datos analizados permiten observar que existen problemas estructurales con respecto a la tasa de inversión, que el mercado brasileño sigue creciendo – con una mayor participación de las importaciones en detrimento de ciertos sectores industriales – que las medidas adoptadas van por el camino correcto, aunque los impactos parecen hasta ahora menores a los esperados y que mientras tanto sigue avanzando una pacífica transformación social, que ha incorporado desde el 2003 a la fecha nuevos contingentes a las clases medias equivalentes a la población argentina y sacando de la pobreza extrema a gran parte de los segmentos mas postergados y discriminados de la sociedad brasileña, lo que implica un avance importante sobretodo logrado con bases sólidas no clientelares.
[1] En cuanto a la intención de Dilma de usar los fondos excedentes para educación e investigación, deberá vencer previamente la resistencia de diversos gobernadores, expresado a través del Congreso, incluidos varios de la coalición gobernante
[2] Los indicadores sociales están tomados del Comunicado IPEA Nº 158 de diciembre 2012, donde se ha seguido la metodología de indicadores de bienestar del libro (Mis) Measuring Our Lives de Joseph Stiglitz y Amartya Sen (2010) BELINDIA se refiere a Brasil y su dicotomía entre indicadores económicos como Bélgica y como India en los sociales; esto es lo que está cambiando
[3] Ver Carta de ANFAVEA Janeiro 2013 www.anfavea.com.br La imposición del IPI adicional para vehículos extrazona está ligado al Programa Automotriz brasileño 2013/16 y a cláusulas de contenido local y de inversiones de nuevas terminales – mas metas de eficiencia energética – que deberán cumplir las ya instaladas y 7 nuevas que se instalarán entre 2013 y 2014 (5 chinas). El total de inversiones previstas en los 4 años es de 14.000 M USD
Raúl Ochoa fue subsecretario de Comercio Exterior de Argentina (1990-91). Profesor en distintas universidades pertenece al Consejo Académico de la Maestría de Relaciones Comerciales Internacionales y de Integración Latinoamericana. Miembro del Consejo Directivo del Instituto Argentino de Servicios Públicos. Consejero del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Miembro del Consejo Académico de la Fundación Exportar.