jueves, 13 de noviembre de 2014
Argentina, a la caza del dólar «blue»

Por N. KIDD/I.PERALES/Efe/SAH

El Gobierno de Cristina Fernández y su ministro de Economía, Axel Kicillof, apuran los meses antes de fin de año para librar su particular combate contra el mercado paralelo de divisas.  Como en la guerra, todo vale para evitar que el preciado billete verde (dólar) se mantenga dentro de los valores del ring tolerable de un Ejecutivo que cuenta las monedas -propias y ajenas- con preocupación.

Un despliegue de agentes del Fisco en el corazón financiero de Buenos Aires, sanciones y una batería de medidas de la nueva conducción del Banco Central argentino han logrado -al menos estos días- poner contra las cuerdas al dólar «blue» o negro. En el camino, también han cerrado el paso a sofisticados mecanismos de fuga de divisas. La metodología es similar a la que aplicara cíclicamente el ex secretario de Comercio y hoy agregado en Roma, Guillermo Moreno (procesado por otros temas vinculados a su cargo).

El mercado informal floreció a finales de 2011, cuando el gobierno de Cristina Fernández impuso restricciones para acceder a dólares en la plaza formal pero la brecha entre el precio de la moneda en uno y otro mercado se desbordó este año, tras la fuerte devaluación registrada en enero.
El punto álgido se alcanzó a finales de septiembre, cuando el valor del denominado dólar «blue» tocó los 15,95 pesos por unidad, para luego desinflarse hasta los 12,60 el pasado lunes.

Sin un cambio en la política económica, el Gobierno parece haber logrado dominar lo que lucía como un potro desbocado. 
Entre las medidas que explican este escenario figura un cambio de timón en el Banco Central, que desde octubre conduce Alejandro Vanoli, extitular de la Comisión Nacional de Valores (CNV, regulador de los mercados).
Vanoli entró al Central con los tapones de punta o el cuchillo entre los dientes: limitó el adelanto de pagos de importaciones y la repatriación de la inversión extranjera directa para regular aún más la salida de divisas.
Frenó, además, el denominado «dólar contado con liquidación», un mecanismo legal para hacerse de dólares en el exterior mediante la compra venta de acciones y bonos al que normalmente recurren grandes operadores, como bancos y exportadores, y que en gran medida ofrece un valor de referencia para el dólar ilegal.

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Además, sumó una acción coordinada de investigaciones, procedimientos de control y sanciones no solo a las «cuevas» (los sitios de venta ilegal de divisas), y a los «arbolitos», los individuos que se ocupan de la compraventa informal de dólares en la calle, sino a grandes firmas financieras, como bancos, agentes de bolsa y casas de cambio a las que entran, en algunos casos, como elefantes en una tienda de vajillas.

De este dispositivo «cerrojo» participa el Banco Central,  la CNV y el Fisco, que esta semana logró aval judicial para hacer registros a diversos operadores financieros de la «city» porteña y de otras ciudades del interior, a la pesca de pruebas de supuestas maniobras de fuga de divisas.

Con los «sabuesos» merodeando, los «arbolitos» florecen y se esconden según olfateen su cercanía y buena parte de las «cuevas» bajan sus persianas. Esta situación se tradujo esta semana en que el precio del dólar «blue» creciera nuevamente hasta tocar los 13,68 pesos por unidad debido a la escasez de oferta de billetes en el circuito ilegal.
Pese a este rebote, los expertos vaticinan que el valor del dólar en el mercado negro seguirá en retroceso, acortándose aun más la brecha con el dólar formal -clavado en 8,50 pesos por unidad-, una diferencia que en su peor momento llegó a casi un 90% y que ahora ronda el 60%.

«El dólar a 16 pesos es un sinsentido. El dólar va a bajar más», vaticinó el presidente del Banco Piano, Alfredo Piano, quien añadió que el Gobierno, además, «está vendiendo mucho», por los canales formales, para ahorrar y para viajes al exterior, unos 800 millones de dólares en septiembre y octubre.

Según indicó el Banco Ciudad en un reciente informe, los controles no son el único factor que han ayudado a descomprimir la plaza cambiaria.
También colaboraron a las expectativas positivas el reciente acuerdo de intercambio de monedas con China -por el que ya ingresaron 814 millones de dólares al Banco Central argentino y legarían en breve otros 800 millones-, la gestión de un nuevo préstamo del Banco de Francia, un acuerdo con el sector agroexportador para apurar la liquidación de divisas y el ingreso de unos 800 millones derivados de la licitación de frecuencias 4G.

«En total, se trata de cerca de 6.000 millones de dólares que ingresarían de aquí a fin de año y que permitirían sostener las reservas internacionales en torno a los niveles actuales», estima el Banco Ciudad.
Reforzadas con billetes, al menos hasta finales de año, las autoridades parecen que no aflojarán de momento la mano dura. La cuestión es si basta con eso o lo que pide la economía a gritos es otra cosa.