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Discurso de Gabriel Boric
Por Carmen DE CARLOS, para SudAméricaHoy
Si Venezuela no revienta antes, este domingo Nicolás Maduro se verá las caras con la mayoría de los presidentes latinoamericanos y, por cierto, con el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden. La cita está prevista en Montevideo donde José Mujica le devolverá el testigo de la Presidencia a Tabaré Vázquez, un socialista de raza (aunque rompiera el carnet) con redaños suficientes para hacer frente, cuando estaban en plena forma, a los difuntos Hugo Chávez y a Néstor Kirchner.
En esa reunión de presuntos amigos también estará presente Raúl Castro, el hombre al que Maduro escucha con tanta atención como Hugo Chávez lo hacía con su hermano Fidel. Los Castro están ahora ocupados en recuperar el tiempo perdido con EE UU pero no son ajenos al escenario actual –y anterior- venezolano. De hecho, La Habana fue la primera, esta semana trágica, en reclamar apoyo para su protegido de Caracas.
En muy pocos días y al cumplirse un año del aniversario de las revueltas que terminaron con Leopoldo López entre rejas y con cerca de medio centenar de muertos, hemos visto las imágenes de la detención del alcalde Caracas, Antonio Ledezma, de las revueltas callejeras y de un adolescente muerto de un tiro en la cabeza a boca jarro. El mundo también ha escuchado las declaraciones de periodistas venezolanos advirtiendo de secuestros, torturas y asesinatos de sus compatriotas.
La agónica crisis del Gobierno bolivariano, con las arcas, las despensas y la cabeza vacía de algo digerible, debería tener fin cuanto antes.
Si Maduro respondiera al prototipo de dirigente conservador, los “hermanos latinoamericanos” se lo habrían fagocitado hace tiempo. Las reacciones tardías -y algunas a media voz- de Chile, Brasil, Perú y Colombia, al menos se produjeron. Las de Argentina, con una veintena de diputados del Frente para la Victoria, el partido de su Presidenta, respaldando a Maduro parecen formar parte del surrealismo del cono sur que ensombrece este peronismo “K” del siglo XXI.
Tabaré Vázquez vuelve al poder y este domingo, día de su investidura, se entrevistará con Biden, Raúl Castro y con Nicolás Maduro. Uno por uno, ni juntos ni revueltos. Quizás, pese a las expresiones del Frente Amplio, y de ser Uruguay un país chiquito pero con grandeza, puede ayudar a poner las cosas en su sitio. Dicho de otro modo, a frenar el estropicio sangrante de Maduro en Venezuela.
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