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Discurso de Gabriel Boric
Por Emiliano G. ARNÁEZ
Desde historias fantásticas hasta las más urbanas y mundadas, son las precisas descripciones que el periodista brasileño Duda Teixeira reflejó en su nuevo libro «Guía Secreta de Buenos Aires«, que incluye más de 100 lugares insólitos además de diversas curiosidades y misterios sin resolver de la capital argentina.
Teixeira es editor internacional de la revista Veja. Escribió en 2011 con Leandro Narloch, la «Historia Políticamente Incorrecta de América Latina«. En esta ocasión, y tras una serie de viajes y entrevistas, se abocó a investigar el lado más oculto de Buenos Aires.
Desde São Paulo, respondió a las preguntas de Perfil.com sobre el reciente lanzamiento del libro, ya disponible en su versión en español mediante Amazon.
—El libro repasa parte de la historia y la cultura de Buenos Aires por lugares emblemáticos y otros más ocultos. ¿Cúal fue el proceso de selección?
—El proceso comenzó al visitar cada uno de los lugares que yo ya conocía de la historia argentina (por mi profesión, soy un lector voraz de periódicos y libros de Argentina y dialogué con muchos historiadores, politólogos, políticos y empresarios del país). Así fue el caso por ejemplo de «Un café con Perón», parte del antiguo Palacio Unzué. El romance de Perón con Nelly Rivas, de 14 años, en el Unzué, ya había aparecido en la ‘Historia Políticamente Incorrecta de América Latina’. Mi trabajo fue ahora unir el lugar con la historia.
Otro proceso de selección fue el casual o aleatorio, con las cosas que conocí caminando y preguntando a la gente, ya que Buenos Aires es muy abierto para eso. Es el caso de las tiendas de comida en la calle cerca de la entrada a la Costanera Sur, donde me hablaron del choripán. Es el caso también del saludo «vulcano» de Spock en el Templo Libertad. Todos los capítulos del libro hablan de lugares cercanos a puntos turísticos y de fácil acceso a los que visitan la ciudad.
—La historia de la Ciudad habla inclusive de la masonería en la Argentina. Según tus observaciones y según lo publicado en tu libro sobre el tema, ¿cuál fue el impacto de los masones en la Capital del país?
—Argentina es muy diferente de Brasil en ese punto porque la historia nacional se concentra mucho en una única ciudad. Y la masonería, en el pasado, fue muy importante por crear un espacio de debate y organización para la sociedad civil cuando eso aún no existía o no era permitido.
De ese modo, la masonería trabajó por detrás de la Revolución Francesa, de la Independencia americana y argentina. Hoy hay más espacios para que la sociedad civil se organice y por lo tanto la masonería ya no tiene mucha más influencia. Sus marcas en la ciudad todavía están por toda parte. En la Catedral, en la Plaza de Mayo, en los cementerios…
—Los cementerios de Buenos Aires están plagados de historias de fantasmas, de venganzas y de sueños rotos. ¿Cuál historia creés que va a sorprender más al lector?
—Creo que la historia más fuerte es la del robo del cadáver de Pedro Aramburu en 1974. La organización Montoneros lo capturó para pedir la devolución del de Eva Perón, que aún estaba en Europa. Sin duda, Argentina es el país donde los muertos no descansan en paz.
—En tu libro también se habla de los mitos de los argentinos, sean personas (Gardel) u objetos casi sagrado como el dulce de leche. ¿Cómo crees que estos mitos impactaron en la vida de los porteños?
—Los mitos nacionales son útiles para que tengamos la sensación de estar en comunidad. Compartir historias nos hace parte de algo más grande. Esa actitud nos roba la libertad y la capacidad crítica. Los mitos son incontestables. Pero al mismo tiempo nos traen seguridad y confort.
Mucho de los mitos de los cuales hablo en mis libros son importantes solamente para los argentinos, como Gardel y el dulce de leche. El único problema es que tras esos mitos (cuando no tienen base histórica como el del dulce o el de la milanesa a la napolitana) la imagen de los argentinos puede tornarse a broma en otros países. Lo peor son los mitos creados artificialmente por los gobiernos. La manipulación del pasado en Argentina ha tenido consecuencias muy trágicas para el pueblo con la repetición de los mismos errores.
—Gran parte de los edificios más importantes de Buenos Aires tienen que ver con su pasado político. La tumba de Evita en la Recoleta es muy visitada por los turistas pero, ¿qué otros hitos no se puede perder el turista que tenga tu guía?
—Sin duda alguna el Parque Tierra Santa. Las historias de la Biblia contadas en auditorios con luces coloridas y narración en los altavoces, el modelo mecánico de Jesús con el latigazo, el Arca, la réplica del Muro de los Lamentos, el ruido de los aviones que bajan en Aeroparque, las carcajadas de los jóvenes, los trajes de hebreos y romanos de los empleados, las cosas que hablan los guías a los niños… Tierra Santa es la Argentina profunda y jamás debería pasar desapercibida por los turistas.
Por último, comparó la idiosincrasia de los brasileños y los argentinos. «Si bien hay comparaciones incómodas, especialmente sobre nuestras similitudes, los casos de corrupción, el populismo, la ética del desacato y la desorganización, son males que se encuentran en la historia de ambos países», concluyó Teixeira. (PERFIL)