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Discurso de Gabriel Boric
Quito, 14 jul (EFE).- Un artefacto explosivo estalló en la sede del movimiento político oficialista Alianza País (AP) en la ciudad costera ecuatoriana de Guayaquil (suroeste), informó hoy el Ministerio del Interior en su cuenta de Twitter.
La explosión, que no produjo heridos, ocurrió anoche, según la agencia pública de noticias Andes, que indicó que la zona fue acordonada y que agentes de unidades especiales de la Policía llegaron al lugar para tomar muestras del explosivo utilizado.
El presidente del país, Rafael Correa, expresó, también desde su cuenta de Twitter, su rechazo al ataque que, según el diario público El Telégrafo, se produjo a las 22.40 hora local (03.40 GMT).
«Estoy en la Amazonía sin señal. Supe de atentado contra sede AP en Guayaquil. Los violentos no pasarán. ¡Hasta la victoria siempre!» tuiteó el mandatario.
El gobernador de la provincia del Guayas, Julio César Quiñónez, dijo que el ataque consistió en el lanzamiento de un objeto explosivo y precisó que «no era una bomba incendiaria», un artefacto casero, sino un explosivo «de planificación bien pensada».
«Hasta ahora lo que sabemos de la investigación de la Policía es que esto fue una bomba lanzada a la sede de (Alianza) País, es una bomba bien elaborada, eso nos preocupa aún más, bien planificado ya que no es una bomba que dejó vestigios, no hubo un contenedor en la bomba», dijo el gobernador a la cadena de televisión Ecuavisa.
El suceso ocurrió tras cerca de un mes de protestas en las calles de varias ciudades de Ecuador que se vieron interrumpidas por la visita del papa Francisco, quien estuvo en Quito y Guayaquil del 5 al 8 de julio.
Las protestas, a veces violentas, expresaron el rechazo de sectores críticos a varias iniciativas del Gobierno de Rafael Correa, entre ellas dos iniciativas legislativas encaminadas a elevar los impuestos a las herencias y a la plusvalía.
Aunque el gobernante dispuso la paralización temporal del estudio de estos proyectos en el Parlamento, las protestas, al grito de «fuera Correa, fuera», se mantuvieron hasta vísperas de la llegada del papa.