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Discurso de Gabriel Boric
Asunción, 18 jul (EFE).- Familiares de los policías que fueron asesinados esta semana por el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) se manifestaron hoy en el centro de Asunción para exigir la renuncia del ministro del Interior, Francisco de Vargas, tras la muerte el viernes de 3 agentes y de otros dos el pasado domingo.
Unas cien personas marcharon por el casco antiguo de la capital paraguaya, convocados por familiares de policías caídos y de agentes retirados y acompañados de varios legisladores de la oposición, para pedir la renuncia de De Vargas, así como la liberación de Edelio Morínigo, un policía secuestrado por el EPP hace un año.
Los participantes, reunidos frente al Panteón de los Héroes de Asunción, clamaron también contra el presidente paraguayo, Horacio Cartes, por las 29 víctimas civiles, policiales y militares que han fallecido en manos del grupo armado durante sus dos años de mandato.
Los carteles y pancartas también cargaban contra el comandante de la Policía Nacional, Críspulo Sotelo. «Comandante inútil, dejen de lado sus intereses y hagan algo para que no mueran más policías», decía uno, sostenido por una mujer.
«La vida de nuestros familiares no vale 500.000 guaraníes», decía otro cartel.
Tres policías fueron encontrados muertos el viernes por disparos y su camioneta incendiada en un camino rural cercano a una localidad situada a unos 250 kilómetros al norte de Asunción.
Atentado que el ministro del Interior atribuyó al grupo armado.
Los tres hombres fueron hallados tendidos en el suelo cerca de su vehículo en llamas que había sido acribillado con más de cien disparos.
Los fallecidos circulaban en la colonia Yaguareté Forest, una localidad que pertenece al distrito de Santa Rosa del Aguaray, departamento de San Pedro, tras haber recibido un pedido de auxilio.
El hecho ocurrió a menos de 25 kilómetros del lugar donde otros dos policías fueron acribillados el pasado domingo.
San Pedro es, junto con Concepción y Amambay, uno de los tres departamentos del centro y nordeste del país donde el Gobierno asegura que el EPP tiene sus «zonas de influencia».
Es una de las regiones de tradición campesina más empobrecidas del país y con menos presencia del Estado, cercana a la frontera con Brasil, donde también discurre la ruta que mueven el 80 por ciento de las 30.000 toneladas de marihuana que los narcotraficantes producen en Paraguay.
Al menos 12 presuntos guerrilleros han sido abatidos por las FTC, que también ha sufrido media docena de bajas.