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Discurso de Gabriel Boric
Quito, 5 ago (EFE).- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró hoy que la mayoría de los indígenas de ese país «ha rechazado el paro» convocado para el 13 de agosto en protesta contra un conjunto de políticas de su Administración.
Correa, en una entrevista televisiva desde la provincia costera de Esmeraldas, se refirió así a los indígenas que desde el domingo protagonizan una marcha de unos 700 kilómetros desde la provincia de Zamora Chinchipe para llegar a Quito el día 13.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), impulsora de la marcha, demanda rectificaciones al Gobierno de Correa que, por su parte, ha criticado las acciones de protesta en su contra por parte de sectores que hace ocho años, cuando empezó su Gobierno, lo apoyaban.
El Ejecutivo argumenta que la marcha no cuenta con el completo apoyo de las bases del movimiento indígena, en el que afirma que hay sectores que respaldan sus políticas.
«Ciertos indígenas» son los que se cundan la caminata, según el presidente, quien criticó que «se reúnen 200 personas» y se dice que fueron un millar.
Y agregó que «por más que hagan contorsiones, los mil indígenas, que, además, la mitad no son indígenas, no aparecen por ningún lado. ¿En qué lugar del mundo es noticia 200 personas?», preguntó.
El mandatario criticó «el escándalo que arman para tratar de hacerle daño al Gobierno» y aseguró, en referencia a sectores críticos de oposición que promueven el paro, que «si mañana fueran las elecciones» el oficialismo los derrotaría de nuevo «por tres a uno».
«Ellos lo saben, por eso no quieren las elecciones», apostilló.
Correa dijo que el paro es parte de un conjunto de acciones para desestabilizar al Gobierno en las que participan, junto al Frente Unitario de Trabajadores (FUT), convocante de la huelga, sectores indígenas y «los del luto en Quito», en referencia al color negro utilizado simbólicamente durante las recientes protestas en la capital.
Ese objetivo «no lo van a lograr, pero van a persistir en sus intentos», comentó el mandatario, quien denunció que se han elaborado vídeos que invitan a la Policía a sublevarse y «campañas multimillonarias» de llamadas telefónicas para que los ciudadanos saquen su dinero de los bancos porque, según dicen, «se acaba la dolarización» (el dólar es la moneda del país desde el año 2000).
«Lo único que les queda es la violencia, que ya empezó con bombas panfletarias», aseguró al referirse a tres artefactos explosivos que estallaron en julio en Guayaquil (suroeste), «y tratar de generar pánico económico», señaló.
El gobernante reiteró su invitación a los ecuatorianos a trabajar con ahínco el próximo 13 de agosto para mostrar su rechazo a la protesta.