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Sofía Terrile
Buenos Aires, 6 ago (EFE).- Representan casi el 3 por ciento del censo electoral en Argentina, son los jóvenes de 16 y 17 años que, por primera vez, tendrán algo que decir en la elección del presidente del país.
En conjunto, son unos 934.000 jóvenes, el 2,92 por ciento de un censo electoral compuesto por unos 32 millones de personas, convocados a las urnas el próximo domingo en unas primarias que definirán los candidatos presidenciales para los comicios de octubre.
En Argentina, donde el voto es obligatorio para todos los ciudadanos de entre 18 y 70 años, una ley sancionada en 2012 abrió la puerta a la participación electoral de los jóvenes de 16 y 17 años.
En su primera experiencia con las urnas, en las legislativas de 2013, de 600.000 menores de 18 años habilitados para ejercer su voto, 480.000 se animaron a hacerlo, por lo que «de ninguna manera pueden haber tenido impacto en el resultado final», explicó a Efe Orlando D’Adamo, director del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano (Copub).
Este año tampoco se espera que su decisión cambie significativamente el mapa político, en especial porque, según explica a Efe el analista Patricio Giusto, director de la consultora Diagnóstico Político, «en general, están menos informados que los adultos y presentan una apatía por la política».
La juventud no tiene gran incidencia en las plataformas electorales, en opinión de Jorge Arias, de la consultora Polilat.
«No se ven propuestas activas para ese rango etario, como tampoco hay ideas específicas dirigidas a diversos sectores de la población, salvo excepciones que apuntan a los jubilados», agregó.
No obstante, los analistas admiten que en las legislativas de 2013, buena parte del voto joven estuvo influenciado por la agrupación juvenil kirchnerista La Cámpora y no descartan que el fenómeno se repita en esta convocatoria.
Según Arias, la organización cuenta con «el aparato del Estado a su favor» y con un «posible premio a la participación política, la carrera en espacios públicos donde hoy se ven muchos jóvenes».
«No sólo militan para ocupar cargos», matizó Giusto, y explicó que la agrupación kirchnerista logró una «oferta atractiva de varias instancias de participación» para personas de cualquier edad, «como las marchas o los actos políticos».
Más allá de la oferta de actividades, el director de Diagnóstico Político atribuyó el éxito de La Cámpora a «la creación de un mito alrededor de las figuras de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández» y a «un armado político muy atractivo con banderas, discursos e ideología».
La juventud kirchnerista aumentó su protagonismo tras participar en la campaña de la presidenta, Cristina Fernández, en las elecciones de 2011, cuando obtuvo la reelección con el 54 % de los votos.
Además, subrayan los expertos, los jóvenes de 16 a 18 años vivieron casi toda su vida en el kirchnerismo, que inauguró el fallecido expresidente Kirchner en 2003.
«Todo lo que conocen de la política es por Néstor y Cristina Kirchner, pero es muy difícil hacer un pronóstico: o lo compran y se vuelven muy seguidores o pueden ser contestatarios y, si no están contentos con lo que ven, intentarán cambiarlo», resumió el director del Copub, Orlando D’Adamo.