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Bogotá, 2 sep (EFE).- Los embajadores en Colombia de 17 países mostraron hoy su preocupación por la crisis fronteriza con Venezuela durante una visita que hicieron a la ciudad de Cúcuta para conocer los efectos de las deportaciones y el éxodo migratorio desde el país vecino, informó la Presidencia.
Los diplomáticos visitaron los albergues instalados en Cúcuta, a los que han llegado unos 1.100 colombianos deportados desde Venezuela y cerca de 10.000 que han optado por abandonar ese país, según datos divulgados por las Naciones Unidas.
«Lo que puedo decir es que no es un problema político, para mí es un drama humano», manifestó el embajador de Turquía, Engin Yürür, citado en el comunicado de la Presidencia de Colombia.
Los 17 embajadores asistieron al Consejo de Ministros Extraordinario convocado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y celebrado en Cúcuta.
En esta comitiva se encontraba, entre otros, el embajador de Ecuador, César Vallejo, cuyo país votó en contra de celebrar una reunión de cancilleres de los 34 países de la Organización de Estados Americanos (OEA) para abordar la crisis fronteriza.
El Consejo Permanente de la OEA se reunió el pasado lunes en sesión extraordinaria a petición de Colombia para pedir una cumbre de cancilleres que fue rechazada porque faltó un voto de los 18 necesarios, mientras que 11 se abstuvieron y 5 lo hicieron en contra
También asistieron a Cúcuta el embajador de Argentina, Celso Jaque, así como la de Brasil, María Elisa Berenguer, cuyos delegados en la OEA se abstuvieron en el citado Consejo Extraordinario.
El embajador de Estados Unidos, Kevin Michael Whitaker, manifestó a los medios que es necesario buscar «una solución pacífica, duradera y diplomática».
Whitaker mostró además su apoyo a las medidas emprendidas por el Gobierno de Santos en este asunto.
«No minimizo la situación en que se encuentra pero ha habido una respuesta contundente por parte del Gobierno de Colombia», aseguró el embajador estadounidense, una posición compartida por otros diplomáticos.
La crisis arrancó cuando el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ordenó el cierre del paso fronterizo de Cúcuta con San Antonio, ciudad del estado Táchira, con el argumento de combatir el contrabando y a supuestos paramilitares.