Buenos Aires, 21 sep (EFE).- Un informe sobre el comercio clandestino en Argentina proyecta que la venta ilegal crecerá este año un 20,8 %, hasta los 52.700 millones de pesos (unos 5.600 millones de dólares), un fenómeno que preocupa a comerciantes y autoridades locales.
La venta ilegal sigue en aumento en Argentina y generó un mercado integrado por casi 80.000 vendedores y cerca de 500 ferias en todo el país, según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que hoy presentó un «Mapa de la Argentina ilegal».
Ante figuras políticas, abogados, autoridades del Fisco argentino y representantes de Interpol (policía internacional), los directivos de la asociación empresarial aseguraron que detrás de la venta de mercadería ilegal se esconden «mafias organizadas» relacionadas con «el narcotráfico, la trata de blancas, el robo de mercadería o los talleres textiles clandestinos».
El secretario de Relaciones Institucionales de CAME, Fabián Castillo, dijo a Efe que el clandestino es un «sistema que produce una mayor cantidad de venta ilegal y menos puestos de trabajo, salud y educación pública» y aseguró que la de la entidad empresarial no es «una lucha contra los pobres, sino contra ese sistema».
«Tratamos de destacar el tamaño verdaderamente global de este fenómeno que involucra a todos los países del mundo, que trasciende fronteras y que afecta claramente a América Latina», dijo, por su parte, Stefano Betti, consejero legal de Interpol, en diálogo con Efe.
En la misma línea, Castillo hizo hincapié en que, si bien la venta ilegal es un fenómeno internacional, «de México para abajo existe un especial problema por la falta de control en las fronteras».
En Argentina particularmente, los dos principales focos del mercado negro son la ciudad de Buenos Aires, que suma alrededor de 14.000 puestos en sus principales avenidas, y la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, aglomerado urbano donde se encuentra la feria La Salada, considerada por la Unión Europea como el mayor centro de venta de contrabando de América Latina.
CAME propuso medidas activas para luchar contra este fenómeno y creó una aplicación móvil para que los ciudadanos denuncien puestos clandestinos y un juego interactivo para generar conciencia en la sociedad.
Desde Interpol, Betti dijo que se espera poder contar con la colaboración de Argentina para implementar de manera contundente el decomiso de los bienes ilegales ya que, aseguró, «incautar los productos de los comerciantes clandestinos es como dejarlos sin oxígeno».