lunes, 21 de septiembre de 2015
Gobierno brasileño repudia nuevos ataques a indios en área conflictiva

Río de Janeiro, 21 sep (EFE).- El Gobierno brasileño manifestó hoy su repudio a los nuevos ataques que sufrieron aldeas de indios en el estado de Mato Grosso do Sul, en el que se multiplicaron los conflictos por tierras con los hacendados, y advirtió que reforzará la presencia policial en el área para cohibir la violencia.
El Gobierno «no acepta ese tipo de agresión a los guaraní. Repudiamos esa actitud. No podemos callarnos ante una agresión contra cerca de 60.000 indios en Mato Grosso do Sul. Se trata de un caso de policía y por eso vamos a reforzar la presencia de agentes», dijo en entrevista a Efe el presidente de la gubernamental Fundación Nacional del Indio (Funai), Joao Pedro da Costa.
El funcionario informó que en el último de los ataques, en la madrugada del sábado, entre 10 y 15 indios guaraní-kaiowá fueron rendidos, amarrados y golpeados al margen de un río en Mato Grosso do Sul, estado brasileño en la frontera con Paraguay con una importante población indígena.
«La Funai acudió al lugar; llevamos a las víctimas a que hicieran el examen del cuerpo de delito; denunciamos el ataque a la Policía y pedimos que se refuerce la presencia de la Policía en la región», aseguró Da Costa.
El ataque ocurrió en el municipio de Iguatemí, próximo a la frontera con Paraguay, y fue perpetrado por pistoleros al parecer contratados por hacendados de la región para expulsar a los indios de tierras que vienen ocupando por considerar que les pertenecen.
Según el Consejo Indigenista Misionero (Cimi), vinculado al episcopado de la Iglesia católica en Brasil, los pistoleros al servicio de los hacendados actúan como milicias armadas y en el último mes han realizado al menos diez ataques contra los guaraní.
«Como resultado de ese intenso período de terror, el líder guaraní Semiao Vilhalva fue asesinado; tres indios fueron tiroteados con armas de fuego; varios fueron heridos con balas de goma y decenas fueron golpeados. Son fuertes los indicios de que los indios sufrieron torturas y existe una denuncia de la violación colectiva de una indígena», según un comunicado del Cimi.
El Gobierno autorizó el 1 de septiembre pasado el envió a cuatro municipios de Mato Grosso do Sul de tropas del Ejército y de miembros de la Policía Federal y de la Guardia Nacional de Seguridad para detener los ataques contra los indios.
«Necesitamos ampliar la presencia del Ejército para evitar esas agresiones y provocaciones no sólo contra los pueblos indígenas sino contra la sociedad brasileña», afirmó el presidente de la Funai.
Da Costa dijo que el Ejército por ahora actúa en municipios fronterizos pero que la Funai va a pedir que también actúen en municipios del interior a los que se han extendido los conflictos.
«Por ahora vamos a aumentar la presencia de la Policía Federal y de la Guardia Nacional porque es una medida que puede ser ordenada por el Ministerio de Justicia. La movilización del Ejército sólo puede ser ordenada por la Presidencia», agregó.
De acuerdo con el presidente de la Funai, el Gobierno aspira a que el aumento de los refuerzos cohíba la violencia.
«Pero para resolver los conflictos nuestra esperanza es que funcionen las mesas de negociación que creamos para definir cuáles son las tierras indígenas. También vamos a seguir con los procesos de demarcación de reservas indígenas», aseguró.
La creación de la mesa de negociación entre indios y hacendados, con mediación del Gobierno, fue anunciada hace dos semanas tras conversaciones del ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, con representantes de ambas partes.
La disputa de tierras en la región de frontera con Paraguay se remonta a hace más de una década, cuando el Gobierno aprobó la creación de un territorio indígena de unas 9.500 hectáreas y esa decisión fue suspendida posteriormente por el Tribunal Supremo.
Los indios consideran que las fincas en disputa son terrenos sagrados donde vivían sus antepasados y que les fueron arrebatados por colonos que se asentaron en la zona para cultivar en la que ahora es una de las principales regiones agrícolas de Brasil.
En medio de ese conflicto, los indios han invadido varias haciendas ubicadas en la que consideran como su reserva, en tanto que los hacendados han respondido con ataques armados.
En Mato Grosso do Sul viven 73.295 indígenas, de los cuales 43.400 pertenecen a la comunidad guaraní-kaiowá y de las 46 tierras que ocupan sólo 30 están regularizadas.