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Discurso de Gabriel Boric
Lisboa, 29 sep (EFE).- El primer ministro portugués Pedro Passos Coelho, denunció hoy que existe un interés en encontrar noticias incómodas para el Gobierno en esta semana electoral, tras ser acusado de haber manipulado las pérdidas del nacionalizado Banco Portugués de Negocios (BPN).
«A medida que la campaña va avanzando, hay un cierto interés en poder encontrar cosas que pueden eventualmente ser incómodas para el Gobierno. Es natural», dijo en declaraciones a los periodistas después de negar que su Ejecutivo hubiera manipulado las cuentas de la entidad.
Según afirmó hoy la radio pública Antena 1, la ministra de Finanzas, Maria Luís Albuquerque, ordenó que se ocultasen 157 millones de euros de pérdidas de la sociedad estatal Parvalorem, que se encarga de gestionar los activos del BPN tras su nacionalización en 2008.
La emisora, que recoge declaraciones de una de las administradoras de Parvalorem, Paula Poças, señaló que el objetivo de Albuquerque era no agravar las cuentas del déficit de 2012.
La noticia fue desmentida mediante un comunicado del Ministerio de Finanzas posteriormente respaldado por las palabras del primer ministro, que se presenta a la reelección en los comicios legislativos de este domingo.
Passos Coelho aclaró que únicamente se pidió a Parvalorem que revisara una estimativa de las pérdidas que podría tener la sociedad.
«Parvalorem propuso una estimativa, que nos pareció que debía ser revisada. Y fue revisada, de acuerdo con los parámetros y con la propia auditoría», explicó el jefe del Gobierno, quien aseguró que él «habría hecho exactamente lo mismo» que la ministra de Finanzas.
La propia Albuquerque también negó hoy ante los periodistas que hubiera manipulado las cuentas de la entidad y comentó que sólo se limitó a «hacer preguntas».
«Lo que pregunté fue si la expectativa de cobro de créditos no estaría siendo demasiado negativa», explicó, y añadió que «las cuentas son de la responsabilidad de la administración de las empresas, con criterios que están definidos».
El BPN fue nacionalizado en 2008 ante el riesgo de que sus abultadas pérdidas contagiasen al sistema financiero del país.
El banco, que sumaba pérdidas por valor de 700 millones de euros, se convirtió en la primera entidad nacionalizada en Portugal desde el regreso de la democracia en 1974.
El coste acumulado de la nacionalización de la entidad, vendida en 2012 al angoleño BIC por 40 millones de euros, superó los 2.200 millones de euros hasta finales de 2013, según un informe del Tribunal de Cuentas, y fue crucial para agravar el déficit público portugués.