miércoles, 30 de septiembre de 2015
ONU apuesta por el voluntariado como el motor del desarrollo en Latinoamérica

Panamá, 30 sep (ACAN-EFE).- Los voluntarios de Latinoamérica y el Caribe contribuyen a que los gobiernos rindan cuentas y respondan a las demandas de los ciudadanos, aunque en muchos países su labor no está del todo reconocida, dijo hoy a Acan-Efe un directivo del programa de Voluntarios de Naciones Unidas (VNU) en Panamá.
«En esta región existen algunos de los movimientos de voluntariado más dinámicos del mundo, producto de una larga historia de acción cívica, solidaridad y apoyo mutuo», reconoció el director del VNU para América Latina y el Caribe, Francisco Roquette, con motivo de la presentación en Panamá del Informe sobre el estado del Voluntariado en el Mundo 2015.
El informe muestra a través de distintos ejemplos cómo los voluntarios, los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil pueden influir en la toma de decisiones y en las políticas públicas.
Roquette puso como ejemplo en Latinoamérica el caso de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (Anamuri), una red de mujeres campesinas de Chile que consiguió parar un proyecto de ley sobre patentes de semillas.
El director regional de VNU también recordó la labor del movimiento Observatorios Sociales, que lidera la lucha contra la corrupción en Brasil y que ha logrado evitar que se extravíen de las arcas del estado cerca de 100 millones de dólares a través del seguimiento del gasto público.
«El voluntariado es el ejemplo máximo de responsabilidad ciudadana. El concepto es mucho más amplio que el de la solidaridad, es un acto mucho más intervencionista, que en la mayoría de los casos roza el activismo social», explicó Roquette.
Sin embargo, son muy pocos los países que reconocen la labor del voluntariado y que han aprobado leyes que formalizan esta actividad. En Latinoamérica, destacan principalmente Panamá, Perú y Honduras, enumeró el responsable regional del programa.
La ONU anima a los gobiernos a incluir a estos actores sociales en la toma de decisiones y a escuchar sus voces porque, según Roquette, «sin ellos va a ser muy difícil lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)» que se aprobaron la semana pasada en Nueva York y que sustituyen a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Según el organismo internacional, en el mundo hay más de mil millones voluntarios.
«Si los voluntarios fuesen un país, serían una de las economías más grandes del mundo», sostuvo Roquette. ACAN-