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Discurso de Gabriel Boric
Alfonso Fernández
Lima, 8 oct (EFE).- La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, rechazó que se haya ofrecido una visión «sombría» de la economía global, con unas previsiones de ralentización en 2015, pero reconoció la «dificultad» de un panorama con riesgos financieros al alza y políticas monetarias de estimulo.
«No diría que la situación es sombría», afirmó hoy Lagarde en la ruede prensa de arranque formal de la Asamblea Anual del Fondo en Lima, al comentar la rebaja de las proyecciones globales a un 3,1 % este año, el crecimiento mundial más bajo desde 2009.
«Aunque sí que es verdad», matizó, «que el prolongado periodo de expansión monetaria en las economías avanzadas ha llevado a crear bolsas de vulnerabilidad financiera», particularmente en los mercados emergentes.
En este sentido, aseguró que el momento de la subida de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed, banco central) «se está acercando», a la vez que insistió en que tanto la zona euro como Japón necesitan seguir aplicando la palanca del estímulo monetario ante unas muestras de recuperación aún demasiado «modestas».
Para la exministra de Finanzas de Francia, la economía global enfrenta una serie de importantes transiciones, con especial relevancia para el cambio de modelo en China.
«Creemos que la ralentización de China es un buen paso. Crecer solo a un 6,8 % con un modelo no basado en las exportaciones masivas y proyectos de capital sino en demanda doméstica es una buena transición», señaló sobre la evolución del gigante asiático.
Lagarde precisó, no obstante, que «se trata de un cambio enorme, y habrá baches en el camino, no se puede hacer una transición sin volatilidad», al comentar las abruptas descensos en las bolsas chinas y la sorpresiva devaluación del yuan por las autoridades en agosto.
Con motivo del regreso del principal evento del FMI, su Asamblea Anual, a América Latina tras casi 50 años de ausencia, la directora de la institución destacó el terreno ganado por la región.
«Comparado con 15 años atrás, la región ha cambiado para mejor, se encuentra en un terreno mucho más sólido», dijo.
Y, pese a no obviar los recelos que generaba el organismo en Latinoamérica después de que varios de sus programas de asistencia financiera culminaran en nuevas crisis, aseguró que «igualmente el FMI también ha cambiado» en ese periodo.
«Ahora tenemos una buena cooperación, una alianza (…) Es más programática, que la de ofrecer un conjunto de recetas», subrayó.
En sus últimas previsiones económicas, dadas a conocer esta semana, el FMI pronosticó un contracción del 0,3 % en 2015 en Latinoamérica, como consecuencia de la caída del precio de las materias primas y una abrupta recesión en Brasil, mientras que prevé un leve repunte del 0,8 % para 2016.
Por su parte, el presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim, en la conferencia de prensa posterior a Lagarde, advirtió que pese a los progresos en la reducción de la pobreza extrema en 2030, su erradicación será «muy difícil» dado el «bajo crecimiento global, inminente subidas de tipos de interés y continuada salida de capital de los países en desarrollo».
Entre 2012 y 2015, habrían salido de la extrema pobreza 200 millones de personas, hasta ubicarse en 700 millones, lo que supone la primera vez en la historia que el porcentaje sobre la población total baja del 10 %.
La solución, a juicio de Kim, pasa «por adaptarse», y en el caso de América Latina se «deberá incrementar sus productividad, mejorar el acceso a educación de calidad, y asegurar que el Estado es más eficaz a la hora de ofrecer servicios sociales».
La Asamblea Anual de ambas instituciones se prolongará hasta el fin de semana en Lima, que se convierte en capital económica mundial por una semana, y contará con la asistencia de representantes de los 188 países miembros del FMI y el BM para debatir en paneles y conferencias la situación económica mundial.