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Discurso de Gabriel Boric
Montevideo, 8 oct (EFE).- El exdictador uruguayo Gregorio Álvarez, de 89 años y condenado a prisión por crímenes durante la última dictadura uruguaya (1973-1985), dijo hoy a Efe que tras casi cuatro meses ingresado en el Hospital Militar de Montevideo luego de sufrir un accidente cerebro vascular (ACV), se encuentra «bien».
«Estoy internado pero estoy bien», expresó quien fuera, entre 1981 y 1985, el último presidente «de facto» del país sudamericano antes del retorno de la Democracia.
El exgeneral reconoció que tiene problemas de movilidad y que en su estancia hospitalaria se encuentra acompañado por «toda» su familia.
Hasta su ingreso en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas se encontraba preso en la unidad carcelaria Domingo Arena de Montevideo, donde se espera su regreso cuando reciba el alta, y hasta ahora no fue aceptado el pedido de la defensa de otorgarle prisión domiciliaria.
Conocido como «Goyo» Álvarez y en prisión desde 2007, fue comandante en jefe del Ejército uruguayo entre 1978 y 1979 y fue procesado y condenado en 2009 a 25 años de prisión por la muerte de 37 opositores en 1977 y 1978.
De dicho proceso judicial, el casi nonagenario -cumplirá 90 años el próximo 26 de noviembre- prefirió no pronunciarse.
«Me lo reservo. Es problema de la Justicia. No puedo opinar sobre ese tema», añadió el exdictador, quien tampoco quiso hablar sobre la decisión del anterior Gobierno uruguayo, encabezado por José Mujica (2010-2015) de que sea juzgado por un Tribunal de Honor de las Fuerzas Armadas, que podría degradarlo y eliminar sus beneficios.
«Sobre el Tribunal de Honor no puedo ni debo opinar», sentenció.
Dicho tribunal tiene previsto juzgar «su conducta moral y su comportamiento ético» y «si concluye que no representó a las Fuerzas Armadas con honestidad y ética profesional, las sanciones pueden llegar a la perdida de su jubilación y del derecho del uso de su uniforme o de ser atendido en el hospital militar», explicó en 2014 a Efe una fuente oficial.
La misma negó que la resolución sea una forma de «repudio» para Alvarez sino «una sanción moral» y aclaró que el Poder Ejecutivo resolvió la composición del Tribunal de Honor que lo juzgará, que estará integrado por los excomandantes en jefe del Ejército, Jorge Rosales, Carlos Díaz y Angel Bertolotti, de su mismo grado.
Según informó hoy la publicación uruguaya La Diaria, el Tribunal de Honor está demorado debido al ingreso hospitalario del exdictador.
En este sentido, a la pregunta de si tiene ganas de dejar el hospital, Álvarez, que afirmó estar «bien» de ánimos, indicó a Efe que «sí, como todo el mundo», aunque sobre si se encuentra preparado para salir especificó que ese no es «problema» suyo, sino de «los médicos».
En junio, cuando fue hospitalizado, fuentes cercanas al exgeneral explicaron que se recuperaba de un ACV leve y «nada grave» y que tenía una «pequeña» pérdida de movilidad en un brazo y una pierna.
Álvarez es además uno de los acusados uruguayos en el juicio por el Plan Cóndor, el proceso en Italia contra 32 exmilitares por la desaparición de una veintena de italianos en Latinoamérica durante la Operación Cóndor, en las décadas de 1970 y 1980.