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Discurso de Gabriel Boric
Lima, 9 oct (EFE).- El presidente de Perú, Ollanta Humala, abrió hoy en Lima las reuniones anuales de la junta de gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), con un análisis de los desafíos económicos que afronta América Latina, que vuelve a acoger después de casi 50 años esta Asamblea.
En la inauguración de la sesión plenaria, Humala estuvo acompañado por la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, y el ministro de Finanzas y Presupuesto de la República de Chad, Kordjé Bedoumra.
Tras manifestar su satisfacción por la elección de su país como sede de la Asamblea, Humala afirmó que Perú es reconocido «por ser una economía sólida», en la que se han aplicado políticas «sanas, inclusivas».
Señaló que «esta nueva visión de incluir para crecer» es la contribución peruana a la agenda global y que ambos elementos «pueden estar incluidos en un circulo virtuoso.»
El gobernante dijo que emprender y consolidar una tarea de este tipo «no es fácil», porque se necesita hacer una revolución educativa, mayor inversión en infraestructura para diversificar los mercados y profundizar la diversificación productiva.
Según Humala, el choque externo actual «es menos abrupto, pero más persistente» que el de 2008-2009 y afecta las expectativas de crecimiento a mediano plazo de las economías emergentes.
Los últimos cálculos del FMI prevén que Latinoamérica cierre 2015 con una recesión de 0,3 %, arrastrada por la ralentización de la locomotora asiática y la consecuente bajada de precios de las materias primas por la menor demanda de China.
«Debemos ver este choque externo de desaceleración como una oportunidad, porque creemos que en el mediano plazo América Latina no volverá a tener tasas de crecimiento superior al 6 %», comentó.
Agregó que la región se debe «preparar para resolver problemas de pobreza y desigualdad con ese crecimiento» y que la respuesta pasa por el fortalecimiento del capital humano, la educación y el fomento decidido a los grandes proyectos de infraestructura.
Por su parte, el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, pidió a los participantes en la cita que «escuchen las aspiraciones de los pobres» y «no teman tomar las decisiones duras y hacer lo correcto, aunque tengan que hacerlo solos.»
«Para alcanzar el objetivo del término de la pobreza extrema de acá a 2030 nuestras aspiraciones deben ser más altas y tendremos que tomar decisiones más duras», ratificó.
Kim dijo que la gran pregunta actual para los organismos multilaterales es cómo podrán «ayudar a las economías de los países en desarrollo a crecer en un entorno de una economía desacelerada.»
«Los líderes deben seguir invirtiendo en su gente, especialmente en educación y salud», acotó antes de ratificar que no se puede «retroceder ni quitar la inversión en las personas».
La directora del FMI, Christine Lagarde, agradeció la hospitalidad de los peruanos y dijo que el país «tiene la oportunidad de desplegar su inmenso potencial y generar una mayor prosperidad» aunque deberá «afrontar los nuevos desafíos y la incertidumbre» que genera el actual escenario internacional.
Lagarde ratificó que «los viejos paradigmas (económicos) ya han perdido su vigencia» y citó un verso del poeta peruano César Vallejo que dice: «hay, hermanos, muchísimo que hacer».
La directora del FMI indicó que se debe gestionar el restablecimiento de la demanda y aplicar reformas estructurales, que los bancos centrales de economías avanzadas deberían considerar los efectos de contagio de sus decisiones y que también se debe actuar para solucionar «la crisis desoladora» de los refugiados.
«En el FMI vamos a desempeñar nuestro papel, con el análisis económico y el apoyo fiscal a los países miembros que afrontan estas situaciones», acotó.