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Discurso de Gabriel Boric
Lima, 9 oct (EFE).- El economista y premio Nobel Joseph Stiglitz urgió hoy a «reescribir las reglas del mercado», de modo que se haga más énfasis en el combate de la desigualdad, y en especial las del sistema financiero para que «sirva de verdad a la economía real».
«Debemos dejar de lado el pensamiento al corto plazo, las empresas constantemente pensando en términos de trimestres», explicó Stiglitz en una conferencia sobre «Desigualdad, Crecimiento y Reformas Estructurales» en el marco de la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) en Lima.
«Hay que pensar más en el medio plazo y el crecimiento sostenible», apuntó, al recordar un reciente reporte del Fondo que apunta a que las sociedades con menos desigualdad registran un crecimiento más sólido.
Stiglitz, que fue economista jefe del BM entre 1997 y 2000 y es conocido crítico de las recetas neoliberales, señaló que es importante recordar además que «las normas han sido escritas por alguien» y no por «una mano invisible», por lo que pueden ser «revertidas».
Cargó, en concreto, contra el concepto de reformas estructurales, algo que, a su juicio, «no significa mucho» y esconde más que ilustra.
«La pregunta es qué diseño y sobre qué aplicamos estas reformas», dijo en una conferencia en la que estuvo acompañado por el secretario de Hacienda de México, Luis Videgaray; el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem; el segundo vicepresidente del FMI, Min Zhu, y la directora ejecutiva de Oxfam, Winnie Byanyima.
Por ejemplo, Stiglitz, de 73 años, aseguró que se ha centrado demasiado el debate en las cuestiones de «austeridad», como único modelo para salir de una recesión.
Y mucho menos, agregó el profesor de Economía de la Universidad de Columbia en Nueva York, en la necesidad de «las reformas del sistema financiero, para que sirva a la economía real, que es su cometido original, y no solo en beneficiarse a sí mismo, como hemos visto en EE.UU. en los años previos a la crisis».
Byanyima, por su lado, recordó que Latinoamérica es la región «más desigual del mundo», mientras que su recaudación fiscal es una de «las más bajas del mundo».