viernes, 6 de noviembre de 2015
Exjefe paramilitar colombiano reivindica en EE.UU. ser patriota y no narco

Washington, 6 nov (EFE).- El exjefe paramilitar colombiano Rodrigo Tovar Pupo, alias «Jorge 40», se reivindicó hoy como un patriota y no como un narcotraficante durante el juicio que se celebra en una corte federal de la capital de Estados Unidos, país al que fue extraditado hace siete años y medio.
«Comparezco hoy ante ustedes como un prisionero político y como un hombre inocente», defendió Tovar Pupo, exlíder del bloque norte de las disueltas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), acusado de ser el responsable del envío a EE.UU. desde Colombia de una «extraordinaria» cantidad de cocaína entre 2002 y 2006.
Hoy está previsto que el juez Reggie B. Walton de la Corte del Distrito de Columbia, ubicada en Washington, dicte sentencia contra Tovar Pupo, para el que la Fiscalía pide 30 años de prisión por haber supuestamente supervisado la producción de cocaína en el noreste de Colombia, zona controlada por el bloque de Tovar Pupo.
En su primera aparición pública desde su extradición a EE.UU., en mayo de 2008, Tovar Pupo negó ser el «narcotraficante más grande del mundo» y aseguró que él se enroló en las Autodefensas Unidas de Colombia para defender a su país de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
«Si yo hubiera querido ser narcotraficante, no dude de que no habría tomado el rifle para luchar por la libertad», defendió ante el juez Tovar Pupo, quien portaba un vestido de presidiario de una sola pieza de color anaranjado.
«Porque los narcotraficantes se guían por su bolsillo, no tienen patria. No les importa si cae el sistema democrático colombiano. Todo lo que les importa es que, cuando más caos y más anarquía, más fiesta», añadió Tovar Pupo, que durante la mayor parte de la vista se mantuvo sentado en una mesa junto a su equipo de abogados.
Durante la vista, la Fiscalía afirmó que Tovar Pupo llegó a tener a sus órdenes a un máximo de 5.000 hombres, que se dedicaron a cobrar «impuestos de guerra» a los campesinos que cultivaban cocaína, así como a los que procesaban la droga en laboratorios o la transportaban a EE.UU.
El «Bloque Norte» de Tovar Pupo y el «Bloque Tayrona» de Hernán Giraldo Serna, con un proceso judicial abierto también en EE.UU., utilizaban para transportar la cocaína lanchas rápidas que partían de la costa norte de Colombia hasta Centroamérica, el Caribe y México, desde donde la droga era enviada a territorio estadounidense, según la acusación.
El 11 de marzo de 2006, en el marco de acuerdos entre las AUC y el Gobierno del presidente colombiano Álvaro Uribe, «Jorge 40» se desmovilizó junto al resto de su grupo y se acogió a la Ley de Justicia y Paz que contempla penas de un máximo de ocho años de cárcel a cambio de colaboración para esclarecer crímenes.
El pasado 19 de agosto, el paramilitar fue privado de los beneficios de la Ley de Justicia y Paz por no colaborar para esclarecer crímenes del conflicto armado, según dictaminó la Corte Suprema de Justicia de Colombia al ratificar la sentencia de un tribunal inferior.