Río de Janeiro, 9 nov (EFE).- El exdiplomático brasileño Sebastiao do Rego Barros, que fue embajador de Brasil en países como Argentina y Rusia, así como director de la Agencia Nacional de Petróleo (ANP), murió hoy al caer de un apartamento ubicado en un undécimo piso en Río de Janeiro, informaron fuentes oficiales.
El exdiplomático, de 75 años, cayó hacia el mediodía de este lunes por la ventana del apartamento en que vivía en el paseo marítimo de la famosa playa de Copacabana por razones aún desconocidas.
La Policía Civil informó de que abrió una investigación para establecer las circunstancias de la muerte y se abstuvo de confirmar o de negar si se trató de un accidente o un suicidio.
«Es con pesar que la ANP comunica la muerte del embajador Sebastiao do Rego Barros, quien fue director de la Agencia entre 2002 y 2005, además de haber servido como embajador de Brasil en diversos países», según un comunicado divulgado por la agencia reguladora del sector petrolero en Brasil.
Do Rego Barros fue el embajador de Brasil en la extinta Unión Soviética en la década de 1990 y servía en Moscú cuando el entonces líder Mikhail Gorbachev puso en ejecución los procesos de apertura política y económica, y cuando sufrió un intento de golpe de Estado.
El diplomático también fue embajador de Brasil en Argentina entre 1999 y 2001 y tuvo importante participación en diferentes negociaciones comerciales entre los dos países y en la consolidación del Mercado Común del Sur (Mercosur).
El exembajador también lideró misiones enviadas por Brasil a la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE) y la Organización de los Estados Americanos (OEA).
En 2002 asumió como director de la Agencia Nacional del Petróleo, cargo que ocupó hasta enero de 2005.
Do Rego Barros dejó viuda y tres hijos.
Según versiones de prensa no confirmadas por la policía, el exdiplomático vestía traje y corbata cuando cayó por la ventana y junto a su cuerpo fue encontrado un libro que al parecer leía sobre Getulio Vargas, el presidente brasileño que se suicidó en 1954.
Familiares del exembajador citados por columnistas de prensa aseguraron que la familia aún no sabe lo que ocurrió y que Do Rego Barros realizó en la mañana toda la rutina a la que estaba acostumbrado, como ir al gimnasio.