viernes, 13 de noviembre de 2015
Ataques kirchneristas contra la oposición tensan clima en campaña argentina

Buenos Aires, 13 nov (EFE).- Las descalificaciones lanzadas desde el kirchnerismo contra la oposición en las últimas horas calentaron el clima político en Argentina en vísperas del debate entre Daniel Scioli y Mauricio Macri, los dos candidatos a las elecciones presidenciales del 22 de noviembre.
Mientras los dos candidatos han rebajado su actividad pública para centrarse en la preparación del debate del próximo domingo, los exabruptos lanzados desde el llamado «núcleo duro» del kirchnerismo tensaron la campaña.
El caso más llamativo es el del filósofo kirchnerista José Pablo Feinmann, por unas desafortunadas declaraciones contra María Eugenia Vidal, gobernadora electa de la provincia de Buenos Aires, en las que aventura que puede terminar «en una trata de blancas».
«Puede gobernar brillantemente la provincia o puede ser víctima de ese trabajo y terminar en una trata de blancas porque su belleza la puede condenar a eso», dijo Feinmann a una cadena local.
«Antes que nada, no es trata de blancas, es trata de personas», respondió hoy Vidal. «Sé quien soy, no contesto comentarios machistas», afirmó la gobernadora electa de la conservadora Cambiemos, que tomará posesión el 10 de diciembre.
«Por suerte hay otras voces dentro del kirchnerismo», señaló hoy el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, del gobernante Frente para la Victoria.
«Son miradas antiguas y tienen poco que ver con lo que nosotros estamos planteando para la Argentina que viene, gane quien gane», subrayó Urtubey.
Las críticas se multiplicaron desde organismos que luchan contra la violencia de género, como Casa del Encuentro, cuya directora, Fabiana Túñez, calificó las declaraciones de Feinmann de «misóginas, machistas y discriminatorias».
También está en el centro de la polémica el ministro de Economía, Axel Kicillof, diputado electo por el Frente para la Victoria (FpV), por sus insultos contra el peronista renovador Sergio Massa, actor fundamental del rompecabezas político argentino, porque tanto oficialismo como oposición se disputan el 21 % de votos que logró en la primera vuelta de las presidenciales, el 25 de octubre.
En una charla con vecinos, Kicillof llamó a Massa «forro» y aseguró que «miente» por un comentario del dirigente peronista en el que comparaba el salario de los presos con las jubilaciones de los pensionistas.
Los insultos de Kicillof provocaron todo tipo de reacciones y el ministro tuvo que disculparse «públicamente» con Massa a través de su cuenta de Twitter.
No es la primera vez que Massa recibe disculpas del oficialismo, pues el propio candidato presidencial, Daniel Scioli, pidió perdón por haber dudado de la veracidad del asalto que sufrió en su domicilio en 2013, en plena campaña electoral, y que, según se comprobó después, fue perpetrado por un prefecto que fue condenado.
También ha levantado polvareda la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, por sus acusaciones contra el opositor Macri, candidato presidencial de Cambiemos, y contra los jueces de la Corte Suprema.
«Todo el mundo tiene que saber que Macri estuvo con los dictadores, apoyó la tortura, la desaparición y la muerte», dijo Bonafini en su habitual discurso de los jueves en la Plaza de Mayo, en el que atacó con dureza al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y le llamó «facho» e «hijo de re mil putas».
Declaraciones de este tipo empañan la recta final de la campaña electoral y salpican también a Scioli, que en uno de sus últimos anuncios proselitistas presume de un talante moderado, dialogante y conciliador.
Scioli ha tratado de desmarcarse de la llamada «campaña del miedo» lanzada por el kirchnerismo para frenar a Macri, favorito en las encuestas, quien en su último vídeo promocional se dirige a los votantes kirchneristas y se compromete a ser un presidente de unidad en caso de llegar a la Casa Rosada.
Ambos candidatos se medirán el domingo en un debate en el que buscarán atraer el voto de los indecisos, decisivo para inclinar la balanza electoral.
El debate «puede que defina, a lo mejor una palabra bien aplicada o una palabra mal aplicada hace que alguien que tenía una posición que no se definía, se defina en forma concreta y contundente», dijo hoy el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.