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Discurso de Gabriel Boric
Madrid, 26 nov (EFE).- La multinacional española Abengoa, con presencia en 80 países, se afana en encontrar vías de financiación para eludir la bancarrota y entrar a concurso de acreedores, mientras sus acciones se desploman en la Bolsa.
Los títulos de la multinacional de ingeniería y especializada en energía renovable registraban en las primeras horas de hoy una caída bursátil del 26,2 % en la Bolsa de Madrid tras ceder ayer el 53,68 %, en respuesta a su anuncio de presentar un preconcurso de acreedores por su enorme deuda e incapacidad para captar capital.
Abengoa, que tiene casi 75 años de vida y unos 27.000 empleados, opera en los cinco continentes, especialmente en Latinoamérica, donde tiene intereses en Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, México, Perú y Chile; y en Estados Unidos, con el 28 % de sus proyectos.
La compañía hizo el anunció de convocar a acreedores después de que la sociedad Gestamp renunciara a inyectar capital, según informó ayer al organismo de control bursátil español (CNMV).
Abengoa registra un pasivo de 27.000 millones de euros (unos 28.600 millones de dólares al cambio actual), una deuda bruta que roza los 9.000 millones y deudas a proveedores superiores a 5.000 millones de euros.
El grupo de automoción y acero Gestamp alcanzó a primeros de noviembre un acuerdo para acudir a la ampliación de capital de Abengoa, en la que se esperaba emitir títulos por 650 millones de euros. Gestamp se habría convertido en su principal accionista, con el 28 % de su capital.
Sin embargo, las dudas sobre la situación de la empresa llevaron ayer a Gestamp a anunciar que no inyectará dicho capital, lo que condujo a un desplome bursátil y a los planes de entrar en preconcurso de acreedores.
La solicitud de preconcurso de acreedores supone dar un plazo de cuatro meses a Abengoa para que encuentre lo que en terminología empresarial se conoce como un «caballero blanco» que pueda aportar financiación.
Las principales entidades acreedoras españolas de Abengoa son Banco Popular, Banco Santander, Banco Sabadell, Caixabank y Bankia.
En septiembre pasado se produjo un relevo en la presidencia de Abengoa y José Domínguez accedió al cargo en sustitución de Felipe Benjumea, quien salió del grupo con una polémica indemnización de 11,4 millones de euros.
El ministro español de Industria, José Manuel Soria, admitió hoy que la situación de Abengoa es «extremadamente delicada» y recordó que cuenta con unos 27.000 trabajadores.
No obstante, el líder del primer sindicato español (CCOO), Ignacio Fernández Toxo, y el del primer partido de la oposición (PSOE), Pedro Sánchez, hicieron un llamamiento al Gobierno para que contribuya a encontrar una solución.
Mientras tanto, las acciones de Abengoa en Wall Street cerraron ayer con una caída cercana al cincuenta por ciento. El desplome significa para la empresa su salida del indicador de referencia de la Bolsa de Madrid, el IBEX 35, que aglutina a las 35 mayores empresas de España, ante la escasa capitalización.
Si no hay solución en los próximos meses, Abengoa podría unirse a la lista de compañías que han entrado en concursos de acreedores en España, entre ellas las inmobiliarias Martinsa-Fadesa y Reyal Urbis, la alimentaria Pescanova o la fabricante de electrodomésticos Fagor.