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Montevideo, 3 dic (EFE).- El Ballet Nacional de Uruguay (BNS) presentó hoy en Montevideo un libro que recoge las «historias mínimas» que forjaron esa institución, que en 2015 conmemora su 80 aniversario, dijo a Efe Virginia Arlington, encargada de la investigación y los textos de la obra.
«El fuerte del libro son las historias de amor, las historias graciosas y las no tan graciosas… todas esas historias mínimas que forjaron esta institución», expresó Arlington tras el acto de lanzamiento del ejemplar, celebrado en el Auditorio Nacional con presencia de la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz.
La periodista y editora a quien el BNS encargó la elaboración de este libro recalcó que la historia de este cuerpo de baile refleja también la historia de Uruguay.
Destacó así fenómenos como el de la inmigración, que ayudó a conformar el país y a forjar el Ballet Nacional.
La elaboración del libro exigió a Arlington un año de trabajo y entre sus páginas cuenta también con una parte de «datos duros», como dijo su autora, en la que se recopilan todas las obras que el BNS ha desarrollado y todos los bailarines que en algún momento han integrado el cuerpo de danza.
Desde su fundación, el 27 de agosto de 1935, el BNS ha sido el organismo artístico público encargado de desarrollar el ballet clásico profesional en Uruguay, incluyendo también en su repertorio la danza contemporánea y moderna.
La compañía fue creciendo en difusión con el paso de los años, hasta que en 1971, con el incendio del Auditorio Nacional de Uruguay, comenzó una época de decadencia en la que sus espectáculos vendían tan solo 7.000 entradas al año, lo mínimo que se vende hoy para un solo programa de ballet.
En 2010, el BNS comenzó un proceso de refundación bajo la dirección del bailarín y coreógrafo argentino Julio Bocca, y desde entonces ha batido récords de público y crítica con sus espectáculos.
Arlington dijo haberse enamorado especialmente de la primera etapa del BNS y de la última.
«De la primera etapa me enamoré mucho porque hubo muchas historias de hombres que quisieron bailar y tuvieron que esconderlo», y destacó así el devenir del fundador del ballet, Alberto Pouyanne, «un pianista que se fue a París a perfeccionarse y volvió bailarín», contó la autora.
Y con respecto a la última etapa, destacó que el BNS vive «un cambio de tono» y un «ponerse a tono» con lo que es un ballet nacional de un país.
En ese sentido, admiró la figura de Bocca, quien, en su opinión, imprime al BNS «perfección en la gestión y en la producción».
«Aparte de ser un bailarín brutal es un gestor impresionante», aseveró Arlington.
La ministra de Muñoz, por su parte, reivindicó «la fidelidad del libro con los acontecimientos históricos del país y del desarrollo de la cultura y de la danza».