martes, 8 de diciembre de 2015
Nuevo desencuentro sobre traspaso de poderes entre Fernández y Macri

Buenos Aires, 8 dic (EFE).- La posibilidad de un acuerdo sobre los detalles de la ceremonia de investidura presidencial en Argentina se complicó hoy de nuevo tras la cautelar presentada por Cambiemos ante la Justicia para adelantar el reconocimiento de Mauricio Macri como presidente.
La Casa Rosada ha informado, a través de su cuenta oficial de Twitter, que Cambiemos ha pedido una medida cautelar a la Justicia para que Macri sea considerado presidente desde la medianoche del miércoles, horas antes de su jura ante el Congreso.
«Con esto quieren evitar la presencia de Cristina Fernández en la jura del nuevo presidente. Esto es algo inédito en la historia argentina, la legislación es clara e indica que el Presidente asume al momento de la jura», denunció hoy Eduardo de Pedro, secretario general de Presidencia de Cristina Fernández, a la agencia Télam.
«Es evidente que con el pedido al Poder Judicial, lo que está buscando Macri es que Cristina no participe de la ceremonia, entorpeciendo el acto institucional establecido en el artículo 93 de la Constitución Nacional», subrayó De Pedro, uno de los funcionarios que participan en la reunión convocada hoy entre kirchneristas y macristas para tratar de pactar los detalles de la asunción presidencial.
El Frente para la Victoria, por su parte, ha propuesto la posibilidad de que Fernández deposite los atributos de mando -el bastón y la banda presidencial- en el Congreso para que Macri pueda trasladarlos a la Casa Rosa.
La insólita polémica sobre la ceremonia de traspaso de poderes se ha convertido en un sainete que ha puesto en evidencia la debilidad de las instituciones en Argentina.
Según la Constitución, el presidente debe jurar su cargo en el Congreso, pero no hay una regulación específica sobre cómo o dónde recibe los atributos de mando.
Tradicionalmente, los presidentes los han recibido en la Casa Rosada, hasta que Néstor Kirchner, en 2003, decidió hacerlo en el Congreso, estrenando una costumbre que fue seguida por su esposa sus dos investiduras.
En la última, en 2011, Fernández se saltó el protocolo y recibió el bastón y la banda de manos de sus hija Florencia en un recinto abarrotado de militantes kirchneristas.
Esta vez, el presidente electo quiere jurar su cargo ante el Congreso y después recibir el bastón y la banda presidencial en una ceremonia solemne en Casa Rosada, mientras que Fernández pretende realizar todo el trámite en el recinto parlamentario.
Macri pretende evitar que la movilización kirchnerista convocada frente al Congreso durante la ceremonia empañe su investidura y Fernández no cede en una última demostración de poder.
La tensión ha llegado al grado de que Fernández denunció que Macri la «maltrató» en la conversación telefónica que mantuvieron el pasado fin de semana para tratar de acercar posiciones.
Una acusación que desde las filas de Cambiemos se han apresurado a desmentir pero que ha calentado más aún los ánimos en vísperas de la investidura de Macri tras doce años de gobiernos kirchneristas.
Los equipos de Fernández y Macri se reunirán de nuevo en las próximas horas en un intento de cerrar un acuerdo que ponga fin a un bochornoso espectáculo al que asisten, atónitos, los representantes de las decenas de delegaciones extranjeras que acudirán a la ceremonia de traspaso de poderes.