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Discurso de Gabriel Boric
Por Ignacio PERALES, Para SudAméricaHoy
Chile despide el año con la víctima por feminicidio número 39, una persona de 47 años asesinado por su pareja. El municipio santiaguino de Pudahuel fue el escenario del último crimen cometido contra una mujer por ser mujer. Por desgracia, no pasarán muchos días para que esta noticia deje de serlo.
La Comisión Económica para América Latina y el Carine (Cepal), consigna que al menos 1.678 mujeres fueron asesinadas por razones de género en América Latina el pasado año. En 2014 son esos los números oficiales que baraja. ¿Habrá otros? En cualquier caso la cifra no es menor y el problema mayor apunta directamente a cómo evitar que la secuencia siga en aumento, cómo hacer tomar conciencia a los hombres para que se detenga una espiral que no da señales de interrumpirse.
La última muerta, Giovanna Marambio, perdió la vida tras recibir un disparo de su pareja, Ramón Jara de 66 años. Una vez más, el victimario intentó suicidarse. No es un «modus operandi» sistemático pero sí se da con mucha frecuencia. «Te doy mis ojos», aquella magnífica película española de Itziar Bollaín, relataba el sufrimiento de una mujer que día tras día padecía loas abusos de un marido que luego lloraba en su regazo como un niño. Ella vivía algo similar a un síndrome de Estocolmo y él no sabía cómo dejar de hacer lo que más daño hacía.
El asesino de Giovanna Marambio agonizaba cuando llegó la Policía, trasladado a un sanatorio,finalmente murió.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, señaló hace un par de meses, en el Día Internacional para Eliminar la Violencia Contra la Mujer, que el desafío será prioritario en su Gobierno. Con acierto, dijo: «Es la sociedad entera la que vive el golpe de la injusticia y del abuso». Dicho de otro modo, mujeres, hombres, niñas y niños son, todos, víctimas del feminicidio.