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Discurso de Gabriel Boric
Nuevamente los estudiantes chilenos marcharon por las calles de Santiago. Universitarios y secundarios, convocados por la CONFECH, la Confederación de Estudiantes de Chile, manifestaron su rechazo al proyecto de reforma a la educación presentado por el Ejecutivo. La protesta no estuvo exenta de violencia. La Iglesia de la Gratitud Nacional sufrió un nuevo ataque cuando un grupo de unas seis personas arrojaron unas 15 bombas molotov. La Iglesia de San Francisco también fue víctima de los violentos. Carabineros respondió con carros lanza agua y gases. Al respecto, el vocero de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago de Chile, Patricio Medina, dijo que “condenan tajantemente los actos de violencia que en nada representan al movimiento” y acusó a la Intendencia de no cumplir su compromiso de resguardar la seguridad.
Por su parte, el gobierno condenó el ataque a la Iglesia: “Todo Chile repudia estas conductas inaceptables”, dijo el vocero de La Moneda, Marcelo Díaz. Hubo diversos enfrentamientos entre encapuchados y Carabineros a lo largo de la movilización. A su vez, Camila Rojas, vocera de la Confech y presidenta de la FECH, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, en entrevista con CNN, se refirió a la salida de la rectora de la Universidad de Aysén, Roxana Pey calificándola “de forma negativa ya que viene a demostrar que quienes se oponen a la reforma pueden ser castigados, anulados y vetados por el mismo gobierno”. Asimismo, emplazó a la Presidenta Michelle Bachelet a definir “si está con la educación pública o se declara su enemiga”.
Al menos dos aspectos del proyecto del Ejecutivo generan polémica, la gratuidad y fijación de aranceles. La iniciativa no cuenta con el apoyo de los rectores de planteles tradicionales que critican entre otras cosas, que se siga, según ellos, manteniendo la educación superior bajo un modelo de mercado sin un rol gravitante del Estado, sobretodo en lo que se refiere a las universidades estatales. Carabineros informó que la movilización terminó con 51 detenidos y 7 policías con lesiones de diversa consideración. Según los organizadores en la marcha participaron unas 50 mil personas. Este no es el único dolor de cabeza de Bachelet, la última encuesta de Adimark registra un rechazo del 73 por ciento para la Mandataria chilena.