Por Carmen DE CARLOS, para SudAméricaHoy

Ella se defiende y en ésta ocasión no lo hace con esa ironía o folclore que acostumbraba cuando era la mujer más poderosa de Argentina. La posibilidad de pasar el resto de su vida entre rejas no es un tema para tomárselo a broma. Eso le podría suceder a Cristina Fernández si la acusación de, «Traición a la patria» termina en sentencia firme, extremo que todavía está lejos de producirse. Lo que sí es imaginable a corto plazo es al Senado debatiendo si la despoja de sus fueros y entrega su cabeza al juez federal, Claudio Bonadío, para que la ponga en una calabozo. La orden de prisión preventiva es el problema más urgente que tiene la viuda de Kirchner y, quién lo iba a decir, su suerte está en manos de los senadores que responden al Gobierno y de los que antes le respondían a ella. El peronismo le da la espalda pero de ahí a empedrar el camino de su dilapidación hay un abismo. Al menos, por ahora.