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Discurso de Gabriel Boric
Por Verónica ORMACHEA, para SudAméricaHoy
Bolivia ha sido victima de una vergüenza histórica. El gobierno mató al Estado de Derecho. EL TCP (Tribunal Constitucional Plurinacional), amañado, ha dado curso a que Evo Morales se reelija indefinidamente a pesar que el pueblo lo rechazó en la consulta del 2016. Se ha cometido el peor acto de prevaricación que conozcamos. Vivimos en un país sin leyes ni instituciones.
Evo Morales está en el poder hace 12 años y si gana las elecciones del 2019 sería la cuarta vez que asume la presidencia, a pesar de que la Carta Magna permite sólo dos mandatos consecutivos.
Evo sabía que si convocaba un nuevo referendo, perdía. Según una reciente encuesta, el 70% no apoyaba su repostulación.
La oposición ha prometido construir una alternativa de esperanza y unidad “alejada del autoritarismo y la corrupción”. Es una obligación patriótica que diseñe alguna fórmula para evitar que Bolivia tome el camino de Venezuela o Cuba.
La oposición dividida, es la vía inevitable al fracaso. Sabemos que es difícil ceder el liderazgo, pero si sitúan a Bolivia como una prioridad, deberían apostar por un solo candidato a la presidencia. Deberían encontrar una formula para contrarrestar semejante violación a la Carta Magna, a la democracia, a los derechos y a las libertades ciudadanas.
Me permito sugerir esta propuesta a grandes rasgos que, por supuesto, da lugar a ser considerada, analizada y profundizada.
La oposición podría tomar el ejemplo de la oposición venezolana cuando la dictadura de Hugo Chávez.
Los líderes podrían organizar algo parecido a la Mesa de Unidad Democrática (MUD) creada el 2008 en Venezuela. Ésta unió a los partidos políticos de varias tendencias desde, democristianos, conservadores, centristas y socialdemócratas y formó un bloque. Se organizaron en unidades de trabajo en distintas áreas. Su fin era fortalecer el sistema democrático, garantizar los DDHH y consolidar la soberanía en el marco de las libertades y el bienestar ciudadano.
La MUD se formalizó como partido político nacional el 2012. Se presentaron varios precandidatos a las elecciones primarias de la MUD ese año y ganó Henrique Capriles como líder de la oposición. Incluso Leopoldo López, renunció a su candidatura para respaldarlo.
En Bolivia se podrían presentar candidatos con partidos establecidos o cualquier aspirante sin distinción de genero con la condición que obtenga un número determinado de firmas.
Luego de las elecciones primarias, el candidato ganador lanza una candidatura única para enfrentar el totalitarismo en las elecciones del 2019.
Es sólo un breve planteamiento. No es fácil, pero tampoco imposible. Prueba clara es que dio resultado.
El Tribunal Constitucional Plurinacional, ha cometido graves actos inconstitucionales. Habilitó a Morales dando curso a la inaplicabilidad de cuatro artículos de la Constitución desconociendo la soberanía popular. No respetó el voto mayoritario de las consultas, la de la aprobación de la Constitución del 2009 y la del rechazo a la modificación del artículo 168 de la CPE del 2016.
El MAS, apeló al artículo 23 de la Convención Interamericana de DDHH sobre los derechos políticos. EL TCP lo interpretó a su manera avalando la “aplicación preferente” de Morales y dio el fallo a favor a su favor cuando dicho artículo tiende a proteger a los ciudadanos del abuso del poder.
En las últimas elecciones judiciales, en promedio, 66% de los votos fueron nulos y blancos. Una muestra inequívoca de protesta contra el sistema judicial y la reelección indefinida.