EL VIDEO
Discurso de Gabriel Boric
Berlín. Por Ernesto PÉREZ, para SudAméricaHoy
“Con mis documentales he tratado, con sinceridad y
comprensión, revelar lo que nadie o pocos quieren ver”, declaró el cineasta argentino Fernando Ezequiel Solanas, ante un vasto público que llenaba la Casa del Festival de Berlín para asistir al estreno mundial de su última película, “Viaje a los pueblos fumigados”, presentado como evento
especial.
“Mi documental no muestra nada nuevo sobre la explotación intensiva de
la soja en mi país o el uso de insecticidas que afectan la salud de grandes
capas de la población, nada que no haya sido publicado en libros
anteriormente, pero creo que las imágenes tienen un mayor poder de
visibilidad y convicción al mostrar a personajes que testimonian lo que
existe y lo que muchos no quieren ver”, asegura el veterano director, que
acaba de cumplir hace dos días 82 años.
“La colonización universal ha tocado en Argentina a intelectuales tanto
de derecha como de izquierda pero es entre estos últimos que ha hecho los
estragos mayores – afirma Solanas – pero existe, afortunadamente, también una Argentina descolonizada de la que me siento orgulloso de formar parte”.
“Pero, mientras los diferentes gobiernos que se han sucedido en la
Argentina en los últimos 30 años, y especialmente el último, no han opuesto
vallas a la invasión de capitales a los que solo interesa el beneficio
inmediato, ha habido ejemplos clamorosos de protesta y resistencia a través
de movilizaciones de vecinos que han impedido, por ejemplo, la instalación de
una fábrica de pesticidas en Córdoba, si bien fueron necesarios más de tres
años de lucha para conseguirlo”.
Solanas lamenta la fragmentación de grupos de izquierda que no logran
hacer frente común ante las fuerzas conservadoras pero ni aún a sus 82 años
Solanas ha perdido las esperanzas de asistir a una unión para afrontar al
enemigo común.
El film, dedicado a Papa Francisco y su encíclica “Laudato Si”, habla
también de la deforestación que contribuye al efecto invernadero y a
cataclismos climáticos como la inundación de tierras que hasta hace 30
años, nunca habían padecido este tipo de fenómenos, con las consiguientes
pérdidas económicas y de vida.
Y se declaró sorprendido al enterarse que Alemania, que tanto ha hecho
para oponerse al efecto invernadero, decretando para un futuro próximo el fin
del uso de la nafta como combustible para automotores, siga siendo el país
con el mayor número de minas de carbón a cielo abierto en funcionamiento,
entre ellas una que es la mayor de Europa, a solo diez kilómetros de la ex
capital Bonn.