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Discurso de Gabriel Boric
La intervención de la empresa Vicentin por medio de un Decreto de Necesidad y Urgencia y el envío al Congreso de un proyecto para declararla de utilidad pública y expropiarla siembra dudas sobre el rumbo del gobierno, por más que Alberto Fernández haya dicho que se trata de un “caso excepcional” y haya desestimado que se trate de un “giro chavista” en su gestión.
Vicentin es una de las principales empresas argentinas de alimentos. Produce tanto cereales y oleaginosas como algodón, vino, carne y frutas. Tiene alrededor 5.500 empleados y está vinculada con más de 2.500 pequeños y medianos productores. Representa, en materia de exportaciones de granos y oleaginosas, uno de cada 10 dólares que ingresa en el país.
La decisión de expropiarla suma incertidumbre en la oposición mientras Argentina, en proceso de default, negocia su deuda externa.
La suerte de la sanción de la ley para expropiar la empresa recaerá en la Cámara de Diputados, donde el diputado radical Ricardo Buryaile, exministro de Agroindustria, anticipa el voto negativo de los suyos.
Los chispazos políticos coinciden con los sanitarios.
Tras haber alcanzado Argentina un récord de casos de coronavirus, el presidente Fernández señaló que algunas regiones del país, especialmente el Área Metropolitana de Buenos Aires, podrían volver a la fase uno de la cuarentena, extendida hasta el 28 de junio.
Una de las expertas que lo asesora, Florencia Cahn, médica infectóloga, se mostró sorprendida por la cantidad de personas que salió a correr en la ciudad de Buenos Aires tras la venia del gobierno de la ciudad.
En Europa, a su vez, se habló en su momento del milagro portugués, comparando las medidas adoptadas por el gobierno del primer ministro, António Costa, con el apoyo incondicional de la oposición, con las de otros países.
Una gran diferencia con el tira y afloje entre el gobierno y la oposición de España, sin ir más lejos.
Ahora ha habido un repunte de casos en los barrios más pobres y centros industriales de las afueras de Lisboa, pero no se reforzaron las medidas de precaución, señala Andrés Malamud, doctor en ciencias sociales y políticas e investigador de la Universidad de Lisboa, agudo observador de la realidad argentina.
“Alberto es un equilibrista entre los sectores peronistas y los sectores kirchneristas del gobierno”, reflexiona.
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