domingo, 5 de septiembre de 2021
«Competencia oficial», Banderas, Penélope Cruz y Oscar Martínez, en el espejo de la risa

Por Ernesto PÉREZ, para SudAméricaHoy

Unánimes aplausos y risas a granel durante la proyección recibió el film “Competencia oficial” de los argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn con Penélope Cruz, Antonio Banderas y Oscar Martínez, un trío formidable de actores que seguramente aparecerán en los premios finales, presentado hoy en concurso durante la cuarta jornada del 78o. Festival de Venecia.
  La película se divierte (y nos divierte) satirizando los entretelones de una filmación, empezando por las eventuales rivalidades y celos profesionales entre los distintos actores y sus problemas de relación con productores y directores, más o menos egocéntricos y tiránicos.
   Un millonario decide pasar a la historia no por su fortuna sino por una
obra de arte excepcional y para ello produce una película sobre la última
novela de un premio Nobel de literatura, dirigida e interpretada por el mejor director y los mejores actores del momento.
   El resultado es contratar a una joven directora semisicópata, Lola
Cuevas (Cruz), y a los dos actores más engreídos y egocéntricos del
momento, el veterano Iván y el astro de Hollywood Félix (Martínez y
Banderas respectivamente) y el resultado es una deflagración atómica de
caracteres, cada uno decidido a superar a los demás.
   Es un puro goce observar a estos tres actores que, merced a sus
experiencias de años y años de carrera, ponen al desnudo con respeto e
ironía vanidades grandes y pequeñas de personalidades que, por su
profesión, están obligadas a imponerse por encima de los demás para lograr descollar en un medio tan competitivo como lo es el cine.


  Porque Duprat y Cohn y su director de fotografía Arnau Valls Colomer han
elegido una pantalla lo más ancha posible para poder escudriñar en primer
plano no solo el rostro del personaje que habla sino también las expresiones (asombradas, desdeñosas, divertidas, enojadas) de los otros dos que escuchan.
   Pero no solo la excepcional interpretación de los tres actores cautivan
al espectador sino también un guión refinado, inteligente y mordaz que no
deja hilo argumental sin explorar y una dirección implacable en la concisión de las escenas donde no hay un metro de película desperdiciado.
   “Hay infinidad de películas que se adentran en las bambalinas de la
industria cinematográfica pero no creo que haya ninguna dedicada a mostrar como se generan esas emociones, esas lágrimas y risas, cuyo resultado final se ve en la pantalla pero cuyo origen es totalmente debido al esfuerzo de los actores” declaró Duprat en la conferencia de prensa que siguió a la proyección del film,
  “Hacía tiempo que queríamos hacer una película con Penélope y Antonio a los que se les agregó Oscar, muy apreciado por ellos, que ya había trabajado con nosotros en ‘El ciudadano ilustre’ que le valió aquí mismo en Venecia la Copa Volpi al mejor actor en 2016” acotó Cohn.
  Quien agregó: “aquí estamos hablando de un guión muy colaborativo en
el que cada actor aportó su experiencia (Cruz, Banderas y Martínez son
además productores ejecutivos de la película. ndr) y para que la narración
fluyera libremente decidimos filmar todas las secuencias como si fuera un
master de 3, 5 ó 15 minutos o todo el tiempo necesario para después
montarlas”.
  “Interpretar a esta directora salvaje y medio piscópata fue tan
divertido como revelador y espero no parecerme a ella en este verdadero homenaje a nuestro oficio que no se deja perder la ocasión de reírnos de nosotros mismos pero con respeto”
aclaró Penélope, por segunda vez en el candelero veneciano 2021 después de “Madres paralelas” de Pedro Almodóvar y en un alto del film que está rodando en el sur de Italia.
   “Yo no hubiera hecho este papel si se hubiese parecido a mí – aclara
Banderas – en estos tiempos de pandemia es bueno hacer una comedia que
satirice con ironía y respeto nuestra profesión, un oficio donde pululan los
embusteros como pasa en todas partes y sobre todo en política”.
     “También yo me divertí mucho en el rodaje, tan es así que a veces
debíamos suspender la filmación porque nos tentábamos de risa, recordando experiencias propias y ajenas del oficio”   señala Martínez.   
   “El film deriva de un montón de reflexiones nuestras sobre la creación
artística y el tono de comedia no es una imposición de género: es nuestra
manera de ver la vida, nosotros y nuestra sociedad” puntualiza Duprat.