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Discurso de Gabriel Boric
Madrid. Virginia HEBRERO
El presidente de Paraguay, Federico Franco, afirmó en Madrid que su país deberá ser reconocido como el que frenó la expansión en Latinoamérica del eje bolivariano, encabezado por Venezuela. Dicho esto, expresó su esperanza de que mejoren las relaciones con Caracas tras las elecciones de este mes en ambos países.
«Alguna vez la historia va a reconocer a Paraguay como el país que pudo contener y derrotar al eje bolivariano en su expansión latinoamericana», afirmó Franco. Esta es la primera visita a España del presidente de Paraguay desde que, en junio de 2012 asumiera el poder tras un controvertido juicio político parlamentario en el que fue destituido el ex presidente Fernando Lugo, una crisis que provocó el aislamiento regional de Paraguay.
«El aislamiento al que fue sometido mi país es absolutamente injusto. Paraguay es un país libre, soberano e independiente, para siempre, como reza la nota de emancipación de España», señaló Franco, quien esperó que las próximas elecciones del 21 de abril terminen con esta situación.
«Nosotros no aceptamos injerencias, ni ideologías ni decisiones de países foráneos. Y no será el bolivarianismo el que venga a imponernos lo que tenemos que hacer en el país«, subrayó el presidente paraguayo.
Franco reiteró que el procedimiento parlamentario por el que se destituyó a Lugo estuvo totalmente ajustado a la Constitución, y que la suspensión de Paraguay de los bloques regionales Mercosur y Unasur, siete días después, fue «totalmente injusta, y perjudicial para los intereses» del país.
Destacó que el actual presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro -que fue declarado «persona non grata» en Paraguay por injerencia en los asuntos internos durante la crisis de destitución de Lugo- «fue designado por voluntad de Hugo Chávez» y «no tiene ningún respaldo, ninguna legitimidad»,
No obstante, deseó que tras las elecciones de Venezuela del 14 de abril, «con el presidente electo se recompongan las relaciones».
Respecto a las elecciones generales que tendrán lugar en Paraguay el 21 de abril, cumpliendo así el plazo en que debería finalizar el mandato de Lugo, Franco prometió que con el ganador «sea del signo que sea», «iniciaré hasta el 15 de agosto -cuando asuma el nuevo presidente- un periodo de relación armónica para que la transición sea lo menos traumática, lo más previsible y lo más segura para los intereses del país».
«Sea quien fuera el ganador, vamos a acompañarle. Mi corazón es previsible, soy de un partido político y espero que gane el candidato de mi partido», señaló, en referencia al liberal Efraín Alegre, aunque las encuestas otorgan una dispar ventaja al colorado Horacio Cartes.
Acerca del informe en el que el Comité de Derechos Humanos de la ONU pidió la semana pasada una investigación independiente sobre la matanza de 17 personas en Curuguaty que propició una semana después la destitución de Lugo, Franco señaló que «no pasa de ser una recomendación».
«Yo no fui el presidente cuando se produjo la masacre, ésta ocurrió en época del Gobierno de Lugo. El asesinato de seis miembros de la policía y once campesinos es responsabilidad única y exclusiva del Gobierno de Fernando Lugo. Nuestra participación es cero», insistió.
El presidente de Paraguay destacó que su visita oficial a España, donde se reunió con Mariano Rajoy, busca «ratificar nuestro compromiso de buenas relaciones con la madre patria y seducir a los empresarios para que vayan a invertir«.
Franco consideró que «las relaciones con España nunca estuvieron deterioradas» a pesar de que Paraguay no fue invitado a la Cumbre Iberoamericana de Cádiz de noviembre pasado precisamente para evitar que se ausentaran otros mandatarios.
«Nuestras relaciones siempre han sido absolutamente armónicas y proporcionales. Paraguay es un lugar seguro, predecible, hay estabilidad jurídica, política y tributaria, y nunca se le ocurrió a ningún gobierno nacionalizar una sola empresa de nadie y mucho menos española», subrayó.
Por ello defendió que Paraguay puede ser «el trampolín para que España pueda llegar a otros países de Mercosur», ya que existe la «gran capacidad de poder invertir los productos generados en el Paraguay dentro de la región, con un potencial clientelar de 300 millones de habitantes, entre Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia». EFE