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Discurso de Gabriel Boric
Por Mario Óscar CARRICART, para SudAmericaHoy (SAH)
Nicolás Maduro con su decisión de no incluir al papel prensa en la lista de bienes prioritarios importables ha atacado al corazón de la libertad de prensa en Venezuela.
La profunda crisis económica que atraviesa el país caribeño, la restricción a la adquisición de divisas y una economía basada en el petróleo y en la importación de los productos básicos, sumado esto a la elaboración de listas de bienes autorizados a ser importados ponen en grave riesgo a la industria editorial y por consecuencia a la libertad de prensa en ese país.
Diarios de distintas regiones se han visto en la obligación de suspender la edición en papel de sus publicaciones producto de la falta de este insumo para la impresión.
¿Cuanto va a pasar para que el gobierno venezolano intente prohibir también el acceso a internet? El desarrollo de los diarios digitales, la utilización de redes sociales como facebook, twiter y otras conocidas permitirán que la información no se ausente de Venezuela.
Seguramente ante el silencio en papel se oirán más fuertes las voces en la red.
El derecho a la información y la libertad de prensa son bienes inalienables que cuando intentan ser encorsetados, silenciados o prohibidos se transforman en un río torrentoso que busca afanadamente un cauce por donde circular. Y seguramente será internet el cauce que encuentre la prensa en Venezuela para llevar la información a todo el pueblo.
Armando Valladares es un poeta cubano que estuvo preso por sus convicciones religiosas y políticas contrarias al régimen cubano, desde el año 1960 a 1982 pasó sus días en las duras cárceles del régimen de Fidel Castro.
A pesar de su encierro a través de su mujer y su familia que lo visitaban, lograba sacar hacia los Estados Unidos y Europa poemas y escritos denunciando al régimen cubano.
Cansados de las denuncias permanentes, sus carceleros decidieron despojarlo de la tinta y la pluma para que no pueda continuar escribiendo. Fue con esa acción donde afloró en su mayor esplendor el espíritu rebelde de este poeta quien tomando una astilla de su cama y utilizando como tinta su propia sangre escribió el siguiente poema que recorrió el mundo y demostró no sólo la brutalidad del régimen sino también que no hay rejas ni prohibiciones que puedan detener la voluntad humana cuando de informar se trata.
Me lo han quitado todo
las plumas
los lápices
la tinta
porque ellos no quieren
que yo escriba
y me han hundido
en esta celda de castigo
pero ni así ahogarán mi rebeldía.
Me lo han quitado todo
-bueno, casi todo-
porque me queda la sonrisa
el orgullo de sentirme un hombre libre
y en el alma un jardín
de eternas florecitas.
Me lo han quitado todo
las plumas
los lápices
pero me queda la tinta de la vida
-mi propia sangre-
y con ella escribo versos todavía.
Podrán prohibir la importación de papel, podrán cerrar las imprentas hasta quizás intenten prohibir el acceso a internet y, si Maduro quiere, podrá mandar a expropiar y destruir todos los diarios del país opositores al régimen.
Pero lo que no debe olvidar el presidente venezolano es que siempre habrá un espíritu indomable dispuesto con las astillas y los restos de las imprentas, a construir tribunas para informar, denunciar y dar cátedras de verdad y de justicia. Es solo cuestión de tiempo