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Discurso de Gabriel Boric
Buenos Aires. Por Carmen De CARLOS, para SudAmericaHoy (SAH)
Martínez es uno de los barrios residenciales de las afueras de Buenos Aires. Atravesado por la Avenida de Libertador, en una de éstas veredas, a la altura del trece mil, abrió sus puertas Captain Cook. La buena noticia es que lo hizo hace un par de meses. La mala, que no lo hubiera hecho antes.
El restaurante de Marta Ramírez, prolongación de aquel que tuvo en la Marina del Norte (San Fernando), es una hermosa casita de madera de dos plantas con terraza abajo y arriba. La especialidad es la comida del sudeste asiático. Dicho de otro modo, significa que los platos tienen colores vivos, sabores intensos y perfumes seductores.
El viaje entre plato y plato es similar a un recorrido en avión con escalas en Laos, Malasia, Singapur, Tailandia, Vietnam o Filipinas. Los destinos mencionados son algunas de las fuentes donde se alimentan las creaciones de Marta Ramírez y su tripulación.
Todo en Captain Cook sucede bajo la mirada de su «capitana». La decoración es, como los fogones, cosa suya pero Marta es permeable a los comentarios. Cosmopolita desde niña –su padre era un industrial textil- la tecnología le facilitó nuevos descubrimientos que aplica a la aventura del buen comer. Facebook y Skype le tendieron puentes y acortaron distancias entre cocineros y culturas lejanas que nada tienen que ver con la tradicional del país.
El elemento sorpresa (buena) está presente en una carta jugosa, original, diferente y, en buena medida, ausente de sal. Como es sabido, los detalles te endulzan la existencia o te la amargan. Las mini esferas transparentes, envoltorios de corte parisino, y sus rellenos con sabor a mango apuntan –y aciertan- a lo primero. También un plato fuerte y recomendable son las albóndigas (su nombre verdadero es más exótico) que vienen servidas sobre una piso de láminas transparentes de ananá (piña).
En un país carnívoro como Argentina, -en el 2012 consumieron 103 kilos por cabeza-, se agradece la presencia del pescado pero mucho más que rezume frescor y huya de esa mala costumbre local que tiende a convertir al noble pez muerto en una suela de zapato. El salmón de Captain Cook es un excelente ejemplo (bueno) de cómo tratar esos animales que todavía pueblan nuestro mundo marino.
Al hilo de esto, pero con otra cáscara, merece la pena rescatar los langostinos en sus dos variedades. Tanto el clásico tempura como el exclusivo de la casa caramelizado y el carpacho de gambas blancas.
Tofú, espárragos, pepino, zanahoria, fideos, arroz, pollo, curry. Salsas dulces, agrias, una mezcla de unas y otras, leche de coco, canela, pétalos, anís, agua de rosas, comino, clavo, mani, semillas… Captain Cook tiene especias y espacios para todos los paladares.
Ficha:
Avenida Libertador. 13.652 (martínez)
Tlf: 4898 9070/7
Precio. Unos 250 pesos
Carta de vinos: Amplia, buena y de diferentes precios.
Servicio: Amable y ágil
Acústica: Buena, se agradece no escuchar tu eco ni la conversación de otras mesas.