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Discurso de Gabriel Boric
Santiago de Chile. Ana PEREZ LOPEZ/ Efe
En los últimos años Chile ha experimentado notables avances en la implementación de políticas públicas cuya finalidad es mejorar la situación de las mujeres, pero a pesar de ello la población femenina tiene ante sí grandes retos para la plena equiparación. «El Servicio Nacional de la Mujer ha desarrollado medidas vanguardistas que han producido notables avances en materia de igualdad, pero el desafío que queda aún es muy grande», manifestó ministra Loreto Seguel, quien está a cargo de este área.
Una de estas iniciativas es el disfrute de la baja laboral por maternidad durante un periodo de seis meses, una medida pionera en América Latina que según, explica la ministra, «además de aumentar la duración es moderna y flexible e incorpora la posibilidad de que el padre también pueda acogerse a ella».
Además de que no ha reducido el empleo femenino, como algunos vaticinaban, en los dos años que lleva en vigor esta medida las licencias médicas de trabajadoras con hijos de hasta un año han disminuido en un 70 %, lo que ha supuesto para el Estado chileno un ahorro de 69.000 millones de pesos (138 millones de dólares).
A partir de las 18 semanas de vida del bebé, la madre puede traspasarle al padre hasta 45 días de su permiso posnatal; sin embargo, hasta ahora sólo dos de cada 100 hombres hacen uso de este derecho, según datos oficiales. Esta realidad, relacionada con la creencia de que el cuidado y la crianza de los hijos deben estar principalmente en manos de las mujeres, contrasta con lo que sucede en países desarrollados como Australia, Reino Unido o Estados Unidos, donde alrededor de un 80 % de los padres se toma más de dos semanas de posnatal.
«Esto tiene que cambiar», enfatiza la directora del Servicio Nacional de la Mujer, al citar un estudio de este organismo que muestra que el 77% de los hombres considera que la madre, e incluso los abuelos, son los principales responsables de la crianza de los hijos.
La corresponsabilidad está muy presente en las políticas públicas de integración, como el Programa Mujer Trabajadora y Jefa de Hogar, para superar las barreras de acceso al mercado laboral, o el Plan «De 4 a 7», que presta apoyo educativo y recreativo a niños fuera del horario escolar «para que sus madres puedan trabajar tranquilas», explica Seguel.
Según un informe difundido este año por el Foro Económico Mundial, Chile ocupa el puesto 91 en una lista de 136 países que mide indicadores en materia de igualdad de género como participación y oportunidades económicas, nivel de educación, empoderamiento político y salud.
En Chile también está aumentando el empleo femenino, «pero el promedio de inserción de la mujer en el mundo laboral sigue siendo bajo», comenta la presidenta de Corporación Humanas, Carolina Carrera. De ahí la importancia del Programa de Buenas Prácticas Laborales con Equidad de Género, entre cuyos objetivos está acortar la brecha salarial entre hombre y mujeres, que actualmente asciende al 15,8%.
La desigualdad entre hombres y mujeres no sólo se da en el plano económico social, sino también en el ámbito político. En el Congreso de Chile actualmente existen sólo 17 diputadas, de un total de 120 escaños, lo que equivale al 14%, y 5 senadoras, de un total de 38, es decir, un 13%, cifras que están por debajo de los promedios internacionales (19,2% a nivel mundial y 22,5% en América Latina).
Según un sondeo de Corporación Humanas, el 87 % de las entrevistadas considera que Chile es un país «machista» que ofrece pocas oportunidades a la participación femenina en la vida pública, a pesar de que dos mujeres, Michelle Bachelet y Evelyn Matthei, encabezan las encuestas para la elección presidencial del próximo 17 de noviembre. «Aunque por fin veamos mujeres en la política, sólo es un espejismo de un supuesto avance en materia de igualdad», sostiene la presidenta de esta ONG, Carolina Carrera. Por eso, una de las principales demandas reflejadas en el estudio «Percepciones de las Mujeres sobre su situación y condiciones de vida en Chile 2013» es que la ley obligue a igualar el número de mujeres y hombres en los cargos públicos.
«Mientras sólo haya hombres legislando, aquí nada va a cambiar», opina la presidenta de Corporación Humanas. Pero la ministra Seguel discrepa: «La ley de cuotas no avanza en los principios y los aspectos culturales de Chile. Es fundamental la corresponsabilidad, que más hombres se incorporen a las labores del hogar y a la crianza de los hijos», asegura.
Al menos en campaña electoral, los temas relacionados con la mujer ocupan buena parte de los programas de gobierno, a la espera de saber si, como proyectan las encuestas, Chile se suma a Argentina y Brasil y se convierte en el tercer país de Sudamérica con una presidenta al frente.