miércoles, 21 de marzo de 2018
«Pedro Pablo Kuczynski renuncia ante los «keikovideos» y Odebrech», por Carmen DE CARLOS


Por Carmen DE CARLOS, para SudAméricaHoy
Se acabó. La resistencia tiene un límite y el suyo, el de Pedro Pablo Kuczynski (PPK), fueron los “keiko vídeos” que daban buena cuenta de escenas de intercambio de votos para evitar su destitución (vacancia) a cambio de contratos de obra pública. Los interlocutores o protagonistas de las cintas, eran el ministro de Transporte y Comunicaciones, Bruno Giuffra, el rebelde Kenji Fujimori y congresistas de su bloque conocidos como los “Avengers”. El Congreso decidirá si acepta su renuncia o le somete a la humillación –como sucedió con Alberto Fujimori- de cesarle por incapacidad moral.

El escándalo Odebrech se llevó directo a Estados Unidos a Alejandro Toledo (su extradición está aprobada por el Consejo de Ministros) y ahora manda a PPK a su casa, elija la de Lima u otra en territorio estadounidense, su segunda patria. El hombre con más edad en conquistar la Presidencia en la historia de Perú (tiene 79 años) no pudo cumplir el sueño de terminar su mandato. Apenas permaneció en su puesto un año y siete meses y de estos, los últimos con la espada de Damocles (Odebrech) en la nuca.

Finalmente, de poco le sirvió pactar con el hermano díscolo de Keiko y firmar, de aquella manera, ese indulto al patriarca nipoperuano. Sus días, ya estaban contados.
La época de los “vladivideos” de Valdimiro Montesinos, parecería haberse renovado con los denominados “Keikovideos”, bautizados de este modo porque la primogénita del clan era la más interesada en matar, políticamente, dos pájaros de un tiro: a su hermano y a PPK.

Algunas voces aseguran que el Gobierno en pleno se plantó a Kuczynsky y le exigió la renuncia tras conocer las grabaciones. Otras, que fueron los más cercanos los que le hablaron, mirando a los ojos y le pidieron que abandonara el barco antes de que se hundiera con todos. En cualquier caso, PPK decidió seguir el consejo o como se quiere llamar al ruego imperativo y salió por la puerta trasera aunque clamando su inocencia. La butaca debería ocuparla, al menos de momento, el primer viceministro, Martín Vizcarra.