EL VIDEO
Discurso de Gabriel Boric
Por Ernesto PÉREZ, desde Cannes
No es frecuente que el cine haitiano encuentre cabida en un festival tan importante como el de Cannes, no solo por la escasez productiva de la semi isla sino además por la gran competición llegada de todos los rincones del mundo y de industrias más avanzadas que la haitiana.
Después de Raoul Peck, que fuera invitado a Cannes tres veces, dos de
sus films “L’homme sur les quais” en concurso en 1993 y el documental
“Lumumba” en el 2000 y como miembro del jurado en 2012, solo “Freda”
de la debutante Jéssica Généus, hasta ahora conocida como actriz, ha hecho
enarbolar la bandera haitiana en la Croisette.
El film ya había sido elegido para participar en la edición abortada del
2020 y es la historia de una joven que vive con su madre, su hermana que
aspira a un matrimonio de conveniencia y su hermano que sueña con expatriar, en un barrio pobre de Port-au-Prince, regenteando un kiosco con el que apenas alcanzan a sobrevivir.
Y en efecto, como en muchos países latinoamericanos, la obsesión que
cunde en la película y entre sus personajes es la de exiliarse o permanecer
en el país para ayudarlo a mejorarse.
Freda está encarnada por una notable Néhémie Bastien y está rodeada por un elenco en el que se mezclan actores profesionales y otros sacados de la vida real.
La violencia que se vive en Port-au-Prince es narrada con simples
pantallazos por la directora que sobran y alcanzan para retratar un país en
el que todavia hay gente que añora la dictadura de Duvalier.
Después de esta película financiada por la compañía de la propia
directora, la Ayizan, y con capitales de Francia y Benin, Freda está
preparando su segundo largometraje, “Marie Madeleine”, que empezará a
rodar en el 2022, siempre en coproducción con el francés Jean-Marie Gigon.