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Discurso de Gabriel Boric
Lima. Por David BLANCO BONILLA/Efe
Cuando muera el único hablante que queda de la lengua Taushiro desaparecerá ese idioma de la selva peruana.
Una tragedia cultural que las autoridades quieren evitar que pase con otras lenguas nativas, por lo que trabajan para oficializar los alfabetos de los 47 idiomas originarios del país.
«La idea es que en 2017 se deberían terminar de oficializar las 47 lenguas originarias; fuera de ellas, son otras 37 las lenguas extintas en la época de la República», observa la Directora General de Educación Intercultural Bilingüe y Rural del Ministerio de Educación (Minedu), Elena Burga.
Como parte de su trabajo, el Minedu oficializó la semana pasada los alfabetos de 24 lenguas originarias, la mayoría de la región amazónica, con lo que ya se tienen las normas lingüísticas de 26 idiomas, incluidos el quechua y el aimara, oficializados en 1985.
Estos alfabetos, que serán de uso obligatorio en todas las entidades públicas, corresponden al harakbut, ese eja, yine, kakataibo, matsigenka, jaqaru, nomatsigenga, yanesha, cashinahua, wampis, secoya, sharanahua, murui-muinani, kandozi-chapra, kakinte, matsés, ikitu, shiwilu, madija y kukama kukamiria.
Además fue oficializado el alfabeto asháninka, el awajún, el shawi y el shipibo-konibo.
«Estas lenguas han tenido alfabetos pero no oficiales, hechos por algunos lingüistas e investigadores, y en muchos casos otras instituciones o lingüistas usaban letras distintas», explicaBurga.
La funcionaria señala que durante su trabajo, que empezó en 2009, los expertos del Minedu buscan «llegar a un consenso» que cuente con la aprobación de las comunidades.
Y es que a lo largo de los años muchas lenguas se extinguieron por una «falta de política de país, de Estado como tal, de darle a estos pueblos la posibilidad de desarrollo», agregó.
«Lo raro es cómo se pueden haber mantenido las lenguas de tantos pueblos indígenas hasta ahora, cuando durante 500 años no ha habido ninguna política para su revalorización», enfatizó.
Burga alertó que, sin embargo, «se han acelerado las pérdidas en los últimos 20 años y están siendo totalmente avasallados por el ingreso de la tecnología».
Entre numerosas historias resalta la del Taushiro, una lengua de la zona del río Tigre, en la región amazónica de Loreto, que actualmente «solo una persona habla».
«Es un caso muy particular, todavía quedaban dos comunidades con muy poca gente que la hablaba y hubo una epidemia de hepatitis B. Ahora él vive en el río Tigre y también habla español, porque no tiene con quien conversar en su idioma materno», relató.
Aunque el gobierno regional de Loreto ha hecho un diccionario sobre el Taushiro y «hay lingüistas que eventualmente van a Iquitos a trabajar con él», Burga lamentó que «el día que este señor fallezca habrá muerto esta lengua totalmente».
En Perú hay, además, unas 10 lenguas que tienen entre 20 y 200 hablantes, otra que hablan unas 1.500 personas, mientras que la más numerosa en la Amazonía es la asháninka, con unos 400.000 hablantes.
Burga también consideró «complicado» que se pueda recuperar el idioma Muchik, que hablaba el antiguo pueblo Mochica en la costa norte del país y que algunos expertos plantean «revivir» a pesar de que se extinguió durante las primeras décadas del siglo XX.
«El gobierno regional de Lambayeque ha querido recuperar un poco el Muchik pero es bien complicado porque no hay un solo hablante, se ha legado solo palabras, hay algunos lexicones, pero ese tipo de lenguas no se pueden recuperar», explicó.
En la amazonía existen otros casos, como el de los Iquito, que dan nombre a la ciudad más importante de la selva peruana, y cuyo idioma «todavía se encuentra en tres pequeñas comunidades».
«Los niños no lo hablan, solo algunos viejitos, pero ellos están tratando de enseñar a sus hijos la lengua, a partir de la normalización de su alfabeto y se emocionan porque este proceso no es solamente técnico», indicó.
Burga remarcó que Perú es «un país pluricultural, multilingüe» que necesita que «los servicios del Estado lleguen a las personas en sus respectivas lenguas.»
«Creemos que es un potencial el desarrollo las culturas y que las lenguas deben seguir existiendo», concluyó.
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