miércoles, 25 de noviembre de 2015
«No renunciamos a vivir en sociedades libres y plurales»


Por Clara RIVEROS, para SudAméricaHoy
CLARARIVEROS

La libertad de expresión y la libertad de prensa son componentes fundamentales para el ejercicio de la democraciaAmérica Latina –a excepción de Uruguay y Costa Rica– enfrenta serias dificultades en materia de libertades. El periodismo se ha convertido casi que en una profesión extrema con casos que develan gravedad máxima, ya sea por el hostigamiento gubernamental –Cuba, Venezuela, Ecuador– o, por la violencia del crimen organizado y, a veces, la presión política –México y Centroamérica-.

El contexto regional es complejo, pero el escenario global no permite mejores expectativas. La amenaza del terrorismo obliga a los Estados a tomar medidas y, en el camino, hay gobiernos que abusan de sus facultades para avanzar en la restricción de las libertades individuales. Colombia, que no ha sido un país afable para el periodismo –por el conflicto, el narcotráfico, entre otros actores y factores- acogió los días 18 y 19 de noviembre en Bogotá, la Conferencia Internacional: “Medios libres e independientes en sistemas mediáticos plurales y diversos”, contó con más de 100 invitados internacionales y fue organizada por la Autoridad Nacional de Televisión (Colombia), apoyada por la CIDH, la UnescoDeutsche Welle y otras organizaciones.

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Dos jornadas intensas que reunieron entre los participantes a Edison Lanza Relator para la Libertad de Expresión de la CIDH; Guilherme Canela de la Unesco; Ricardo Trotti de la Sociedad Interamericana de Prensa; Carmen Arístegui (CNN, México); Miguel Henrique Otero (El Nacional, Venezuela); Silvio Waisbord (George Washington University, EEUU); John Dinges (Columbia University EEUU); Guillermo Mastrini y Martín Becerra (Universidad de Quilmes, Argentina), entre otros muchos ponentes y representantes de organizaciones de la sociedad civil, activistas, periodistas, académicos, y reguladores de diferentes países que acudieron al encuentro para abordar temas tan amplios y extensos como complejos.

Edison Lanza Relatoría Libertad de Expresión CIDH

El Relator para la Libertad de Expresión presentó el borrador del informe temático sobre los lineamientos y estándares de libertad de expresión, regulación, políticas públicas y buenas prácticas para prevenir y reducir la concentración. Reafirmó como lo ha hecho la CIDH en diferentes ocasiones la obligación de los Estados de garantizar medios libres e independientes.

Los Estados deben legislar, regular, impulsar medidas que promuevan la diversidad y el pluralismo,  revertir los procesos de concentración, lo que por supuesto, no solo es aplicable a los medios privados, no se trata de promover la preponderancia de medios oficialistas y pro-gubernamentales. Se entiende que, la regulación debe apuntar al pluralismo informativo y la inclusión de todas las voces en el debate público. Los organismos de aplicación y regulación deben ser independientes, protegidos de la injerencia política y comercial. La transparencia es un elemento indispensable en todos estos procesos.

La concentración de la propiedad de los medios conduce a la uniformidad, no obstante, resulta complejo medir el impacto de la concentración sobre la independencia editorial y el pluralismo de los contenidos, es más, no hay claridad respecto a qué nivel de dominio de los medios por pocos grupos afecta el pluralismo e incide negativamente en un sistema democrático de medios. Es necesario cierto grado de economía de escala que permita la sustentabilidad de los medios, se quieren medios independientes y plurales, lo que no significa medios arruinados y asfixiados económicamente. La sostenibilidad de los medios, sean estos privados, públicos o comunitarios, también ocupó la atención de la Unesco, su representante se refirió a una serie de indicadores que buscan puntos comunes ante las casi inexistentes plataformas de diálogo, hizo énfasis en la necesidad de disminuir la tensión, desideologizar la discusión, avanzar en términos de transparencia y verificar lo existente.

Reconocer y valorar los avances en países democráticos no impide observar la ostensible restricción de libertades en países con gobiernos autoritarios -más allá de que llegaran al poder por vía electoral y de que algunos asistentes pidieran no ceder al desánimo y ser optimistas-, sobran las razones para preocuparse.

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Ricardo Trotti (SIP) precisó algunas de las cuestiones decisivas para hablar –con seriedad- de sistemas democráticos de medios ante los evidentes problemas de interpretación constitucional que padecen algunos gobiernos en América Latina. Por un lado y bajo el término“democratización” avanzaron en su pretensión de regular y controlar los contenidos y, por el otro, en nombre de ladesconcentración han concentrado medios convirtiéndolos en instrumentos de propaganda. Trotti reiteró que no basta con celebrar elecciones para hablar de democracia, se necesita división de poderes y gobiernos transparentes. En casos como el de Argentina -con el Grupo Clarín- se demostró que cierto grado de concentración plural y diversa, es necesaria para enfrentar el poder del Estado.

John Dinges concede razón a Trotti en esta última afirmación pero no deja de preocuparle como la concentración excesiva afecta al periodismo investigativo, el panorama es poco alentador en América Latina, según expresó Dinges, aunque destacó como buena noticia la emergencia de medios digitales, una plataforma inclusiva pero de alcance marginal, que en algunos casos hace periodismo de alta calidad y con gran impacto social. Lo que todavía está por ver es su sostenibilidad y rendimiento económico.

¿Más Estado o más mercado? Martín Becerra observó que el mercado no garantiza por sí mismo la diversidad aunque posibilita la competencia. La diversidad debe garantizarla el Estado. Becerra puntualizó que, a mayor concentración existe menor diversidad pero, en el caso contrario, la menor concentración no es garantía de mayor diversidad, tampoco hay ejemplos de regulación convergente plenamente exitosa. Para el académico, el objetivo no puede agotarse en la desconcentración, se necesitan políticas públicas que promuevan la diversidad.

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Los reguladores se refirieron a los retos y dificultades que enfrentan muchas veces porque la legislación es ambigua más allá de las buenas intenciones iniciales. De hecho, el exponente de la AFSCA (Argentina), Gerardo Milman, fue más allá al señalar que se depositan demasiadas expectativas en las leyes de medios. En el caso de Argentina luego de cinco años de su implementación “los resultados son malos”. La Ley no solo no logró el objetivo de desconcentrar sino que permitió la concentración desde el gobierno o benefició a sectores y grupos afines. La calidad de la democracia y de sus instituciones es decisiva para la independencia del organismo de aplicación.

Es evidente la falta independencia en algunos organismos de aplicación así como la necesidad de profesionalismo por parte de sus titulares, así lo demuestra la gestión de Martín Sabbatella en Argentina. Pretender que el estilo, la forma y las maneras del representante de la AFSCA -y su directa implicación y participación en el proceso electoral que no está prohibido y, por tanto, no es ilegal-, obedecen simplemente al apasionamiento con que se vive la política interna y que ello no afecta negativamente la función del titular del organismo parece más que un acto de consideración por parte de su colega, una apreciación que contradice la realidad.

¿Cuánto y en qué medida los planteamientos y estándares mencionados se cumplen en cada país? El Estado es juez y es parte pero, ¿quién regula al Estado? ¿Hay quién ponga límite a los excesos de los regímenes autoritarios? Es tiempo de avanzar y trascender los enunciados, mejorar las prácticas. Cada panel bien podría merecer un seminario pero se debe reconocer el esfuerzo de los organizadores por hacer de este un evento plural en el que los actores involucrados expresaron sus inquietudes y expectativas, la preocupación por la arbitrariedad en algunos procesos y los desafíos de cara al futuro. De momento, parecen difíciles los consensos, pero al menos hay claridad sobre las cuestiones básicas: “los estándares internacionales sobre libertad de expresión no están en negociación”, “no vamos a renunciar a vivir en sociedades libres y plurales”.