domingo, 25 de octubre de 2015
Peñalosa y la reconquista de Bogotá

Enrique Peñalosa
Bogotá. Por Gonzalo DOMINGUEZ LOEDA

Después de doce años de gobiernos de izquierdas y tres fracasos electorales, Enrique Peñalosa consiguió movilizar a los bogotanos para ganar la capital colombiana con una campaña en la que se presentó como el candidato menos político y la alternativa más transversal.
Peñalosa, de 61 años y que ya fue alcalde de la capital colombiana entre 1998 y 2000, tenía fama de ganar las elecciones en las encuestas y perderlas en las urnas, un estigma del que se repone con esta victoria que impulsa su imagen política y la proyecta a nivel nacional.
Nacido en Washington, Peñalosa tiene una imagen que ha explotado en estas elecciones de administrador, académico y conocedor de la ciudad.
Su origen estadounidense se debe a que su padre, el político y diplomático Enrique Peñalosa Camargo, trabajaba en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El alcalde electo estudió economía en la Universidad de Duke (EE.UU.) con una beca deportiva y luego hizo una maestría en el Instituto Internacional de Administración Pública de París, así como un doctorado en la Universidad de París.
A su regreso a Colombia trabajó en empresas privadas y públicas pero en los años 80 tomó el camino de la política y fue elegido representante a la Cámara por el Partido Liberal.
Peñalosa intentó llegar por primera vez a la Presidencia de Colombia en las elecciones de 2014 como candidato de la Alianza Verde con un programa basado en la educación y en una alianza ciudadana contra la corrupción, después de haber fracasado en otras cinco aventuras electorales.
Los bogotanos recuerdan su primera administración como la de un político honrado, obsesionado con la planificación urbana, que en sus tiempos de alcalde recorría la capital en bicicleta para las cuales construyó más de 250 kilómetros de ciclovías.
En esa gestión construyó también una red de bibliotecas públicas y más de mil parques, plantó más de 100.000 árboles y trató de darle otra cara al decadente centro de Bogotá.
Particularmente recordado fue la creación del sistema de transporte colectivo por vía exclusiva Transmilenio, que ahora se considera saturado y cuya mejora se hace esencial para la próxima administración, que asumirá el próximo 1 de enero por un periodo de cuatro años.
Pese a esa gestión y de que es percibido como una figura alejada de la corrupción, las urnas le habían dado la espalda las dos veces que intentó repetir la alcaldía, en 2007 y 2011, como ya le había ocurrido antes en 1994 cuando estaba en el Partido Liberal.
En 1992 perdió también en una consulta interna la nominación para la Alcaldía y en 2010 le ocurrió lo mismo con la presidenciales del entonces Partido Verde, que recayó en Antanas Mockus, a la postre el rival en segunda vuelta del actual presidente, Juan Manuel Santos.
Una de sus peores decisiones políticas fue el haber aceptado en 2011, durante la campaña para la Alcaldía de Bogotá, el apoyo del expresidente Álvaro Uribe lo que le costó una nueva derrota, esa vez a manos del actual alcalde, el izquierdista Gustavo Petro.
Ese apoyo ha sido una rémora durante la campaña, ya que en respuesta a sus vídeos en las redes sociales se le ha tachado de uribista, un apelativo que le alejó de los fieles votantes de la izquierda en Bogotá.
Su posicionamiento ideológico ha variado hasta llegar a la transversalidad con la que afrontó esta última campaña, en la que obtuvo el apoyo de miembros del Partido Verde como el exalcalde Antanas Mockus, hasta de los principales miembros del Partido Conservador.
Cuando decidió lanzar su candidatura a la Alcaldía, como parte de Equipo por Bogotá, recibió fuertes críticas por parte de algunos sectores que consideraron que fragmentaría el voto y serviría para que la izquierda ganara por cuarta vez consecutiva la capital colombiana, pero su perseverancia le ha dado hoy la razón.
Enrique Peñalosa tiene 61 años y está casado con Liliana Sánchez, con la que tiene dos hijos, Renata y Martín, a quienes dedicó y a sus padres, el triunfo para la Alcaldía bogotana, el segundo cargo de elección popular en importancia en Colombia. (Efe)