miércoles, 14 de octubre de 2015
Bachelet anuncia que llegó la hora de una nueva Constitución


Santiago de Chile. SudAméricaHoy

La promesa quiere convertirse en realidad. La presidenta, Michelle Bachelet, destapó la caja de Pandora al anunciar el inicio de un particular proceso de creación de una nueva Constitución para Chile. El argumento para sostener lo que calificó «como un paso fundamental» fue sostener que hay que terminar con una carta magna que el dictador, Augusto Pinochet, impuso en 1980. Los críticos de la medida le recuerdan que esa Constitución hoy es una desdibujada sombra de la dictada por el dictador ya que fue revisada y reformada en varias ocasiones. Las críticas, daría la impresión, apuntan más a las formas para redactar una Ley de leyes que a su creación.
«Hoy estamos dando un paso fundamental para el destino de nuestro país. Estamos dando inicio al proceso que nos permitirá tener una nueva Constitución para Chile», añadió la mandataria en un discurso -informa Efe- realizado a través de una cadena voluntaria de radio y televisión.
La presidenta socialista explicó que su país necesita una nueva y mejor Constitución, nacida en democracia y que exprese la voluntad popular, «una legítima y respetada por todos, que la convierta en un motor de unidad nacional».
«La actual Constitución tuvo su origen en dictadura, no responde a las necesidades de nuestra época ni favorece a la democracia. Ella fue impuesta por unos pocos sobre la mayoría. Por eso nació sin legitimidad y no ha podido ser aceptada como propia por la ciudadanía», apostilló.
Michelle Bachelet señaló que su gobierno confía en que la ciudadanía aprobará con fuerza esta propuesta «y que todas las fuerzas políticas se abrirán de buena fe a este patriótico consenso».
De acuerdo a lo anunciado por la mandataria, el proceso de educación cívica comprometido se inicia a partir de ahora y se extenderá hasta marzo del próximo año.
«Y el resultado de estos diálogos serán las Bases Ciudadanas para la Nueva Constitución, que me serán entregadas en Octubre del 2016″, precisó Bachelet.
«Debemos estar seguros que este proceso participativo sea libre, transparente, sin distorsiones ni presiones de ningún tipo. Por eso nombraré en las próximas semanas un Consejo Ciudadano de Observadores que acompañe el proceso y dé garantías de transparencia y equidad», anunció la mandataria.
Indicó a que a principios del segundo semestre del 2017, el Ejecutivo presentará ante el congreso de la República este proyecto de una nueva Constitución.
Afirmó que en esta reforma se propondrá al actual Congreso que habilite al próximo para que sea él quien decida, de entre cuatro alternativas, el mecanismo de discusión del proyecto enviado por el Gobierno y las formas de aprobación de la nueva Constitución.
Señaló que la primera alternativa es formar una comisión bicameral de senadores y diputados; la segunda, formar una convención constituyente mixta de parlamentarios y ciudadanos y la tercera es la convocatoria a una Asamblea Constituyente.
«También propondremos una cuarta alternativa, en la que el Congreso pueda convocar a un plebiscito, para que sea la ciudadanía la que decida entre las anteriores alternativas», añadió la presidenta.
La decisión del mecanismo recaerá en el nuevo Parlamento elegido en el 2017, con el nuevo sistema electoral que aprobamos este año, con una nueva ley de partidos y una ley de financiación electoral. Es decir, dotado de mayor legitimidad, representatividad y transparencia.
Bachelet había comunicado el pasado 28 de abril su intención de modificar la actual constitución y de realizar cabildos ciudadanos para poder llegar a la nueva Carta Magna, pero sin mencionar el mecanismo que se utilizaría.
La presidenta se había puesto como plazo perentorio el mes de septiembre para realizar el anuncio, uno de los pilares de su programa, pero el terremoto y tsunami ocurridos en Coquimbo a mediados de ese mes, determinaron que lo pospusiera.