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Discurso de Gabriel Boric
Por Sonsoles CARO/EFE
Un programa peruano ha conseguido que jóvenes del conflictivo barrio de Alto Perú, en Lima, escapen de la delincuencia y la droga, y participen en el campeonato mundial de muay thai o boxeo tailandés que se disputa este mes en Bangkok.
Uno de ellos es Gabriel Mazzetti, que defiende en la capital tailandesa el oro que ganó como juvenil el año pasado en Malasia, en los primeros mundiales en los que participaba Perú.
Mazzetti explicó en el National Stadium de Bangkok que desde que se convirtió en campeón mundial juvenil, el muay thai ha empezado a tomar fuerza y a darse a conocer entre sus paisanos.
Perú acudió a este mundial, con 11 deportistas que se enfrentan a los de 101 selecciones, entre las que se encuentran Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, España, México, Panamá, Paraguay, Portugal, Uruguay y Venezuela.
“Al principio en el barrio se extrañaban de que enseñase un deporte tan violento, pero a todos los chicos les gustan las peleas. Sin embargo, con este deporte se les inculca una disciplina y un respeto muy grande, lejos de la violencia”, explicó el encargado del proyecto, el también luchador Víctor Ccanto.
Poco antes, Ccanto, que el año pasado obtuvo la medalla de bronce en los mundiales en peso de 67 kg, había perdido la pelea en el último minuto ante un adversario francés.
Todo el equipo se reunió con él para consolarle, pero no tardó en reponerse ya que “el muay thai es mi vida, ahora toca enseñar a mis alumnos todo lo que hemos aprendido en la cuna del este deporte”, comentó abrazando a su hermano Marco, también participante y que ese día tuvo más suerte.
Tras una ardua lucha, Marco logró ganar la pelea frente a un contrincante marroquí y ante un público volcado con el joven, a quién animó con gritos de “Perú, Perú”, que retumbaron en todo el recinto deportivo.
El proyecto es el resultado de la colaboración de la Federación Peruana de Muay Thai (FPMT) y el Proyecto Alto Perú, y es una iniciativa de Rodrigo Jorquera, fundador y entrenador principal de la Escuela F-14, donde imparten clases a casi 70 chicos desde 2012.
“Esta idea está ligada a la disciplina del muay thai. Los chicos encuentran en el centro de entrenamiento un lugar donde pasar tiempo libre, practicando este deporte y manteniéndolos alejados de las calles”, explicó Jorquera, entrenador de la selección nacional peruana.
“El compañerismo, respeto, dedicación o sacrificio son algunos valores que imparte el muay thai ente los que lo practican. Esta iniciativa es muy positiva para que muchos niños sin rumbo logren encauzar su vida, transmitiéndoles fuerza y dedicación para lograr sus objetivos”, añadió Jorquera.
Renato Mansilla, integrante de la selección, declaró que ante la buena acogida del proyecto entre los vecinos de Alto Perú, ha desarrollado otro programa similar, “Siembra Perú”, en Surquillo, asimismo en Lima, iniciándose a principios de 2015 y que actualmente cuenta más de 40 chicos.
El muay thai es un arte marcial que se desarrolla con técnicas combinadas de piernas y brazos.
Los combates comienzan con los dos luchadores practicando el ritual Wai khru ram muay, una especie de danza de agradecimiento tanto al entrenador como a sus ancestros y que sirve también de concentración.
El buen nivel alcanzado por el muay thai en el país andino tiene también su reflejo en la luchadora peruanas de origen ruso, Valentina y Antonina Shevchenko.
Valentina es poseedora de siete metales dorados en la categoría de 60 kilos y Antonina ya ha ganado tres mundiales en la de 63,5.
“Esperamos que el COI después de este mundial llegue a incluirlo como deporte olímpico”, declaró el presidente de la FPMT, Sebastián Suito.
Estos días, observadores del COI revisan con detalle cada combate del campeonato para examinar si lo incluyen como disciplina olímpica.