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Discurso de Gabriel Boric
Por Verónica GOYZUETA, São Paulo
La ambientalista Marina Silva ha puesto a todos los partidos en jaque, después de una inesperada maniobra. Segunda en las encuestas que apuntan la reelección de Dilma Rousseff, Silva no consiguió registrar su partido Red de Sustentabilidad, a tiempo de competir. Pero en el último minuto para el registro partidario, Marina se inscribió en el Partido Socialista Brasileño (PSB) y se alió al último de las encuestas, Eduardo Campos, un socialista que sin ella no tendría ninguna oportunidad.
Por más que lo nieguen enfáticamente, los líderes del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) están rehaciendo cuentas y elaborando análisis para tratar de entender lo que puede significar esta alianza en las elecciones del próximo año. Una encuesta de última hora, indica que si se confirma a Campos como candidato, Rousseff ganaría en primera vuelta, pero si en su lugar fuera Marina, habrá segunda vuelta y sólo puede pronosticarse que el vencedor será una mujer. Marina y Campos dicen que sólo decidirán el próximo año.
Según Datafolha, en el actual escenario, con Campos como candidato Rousseff está en primer lugar con un 42%, el socialdemócrata Aecio Neves, con 21%, y Campos, con 15%. En el escenario con Marina, Rousseff llega a un 39% y la ambientalista a un 29%, Neves cae a 17%.
“Somos el primer partido clandestino de la democracia”, acusó Marina Silva en su primer discurso al lado de Campos, sobre las dificultades que enfrentó para registrar su partido, mientras otros dos grupos sin ninguna expresión y que denuncias de falsificación de firmas, conseguían aprobación antes del plazo. En un país con más de 30 partidos, puede desconfiarse por qué Silva no consiguió lo que para la mayoría de los políticos parece tan fácil y la ambientalista apunta hacia el PT, el partido oficialista que ella ayudó a fundar.
El jueves Silva y Campos lanzaron la primera campaña de televisión explicando la alianza, que dice querer cambiar la forma tradicional de hacer política en el país, una de las reivindicaciones de los manifestantes en las protestas de junio y julio.
Aliados y amigos del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el dúo de ahora disidentes, se ha convertido en la primera posibilidad real de hacer temblar la seguridad con que Rousseff y el PT se entregaban a la reelección.
“Dilma ganará en la primera vuelta en 2014, porque ocurrirá una antropofagia de enanos. Ellos se comerán por abajo, y ella, altiva, planeará sobre el Olimpo”, dijo a la revista Época el publicista João Santana, el artífice de las victorias de Lula da Silva y de Rousseff. La soberbia del comentario ocurrió cuando Marina Silva había, supuestamente perdido, la posibilidad de ser candidata y fue muy criticada en los medios locales.
A pesar de decepcionar a parte de sus simpatizantes, conocidos como “marineros” o “soñadores”, por haberse inscrito en un partido tradicional, Marina Silva ha dejado claro que su intención era complicar el escenario y llevar la elección a la segunda vuelta. “En una elección en dos vueltas, todos colocan ideas y propuestas. En un ambiente democrático, quien elige es la sociedad”, afirmó la política, que está más viva que nunca y ha sido asunto en todas alas portadas de diarios y revistas locales.
«La elección del próximo año parecía tranquila. Ahora, Marina pasa a ser una piedra en el zapato para socialdemócratas y petistas», dijo a O Estado de São Paulo, el especialista en encuestas Sidney Kuntz. Intenciones de voto no se suman ni se transfieren, pero la jugada de Marina Silva revolvió el tablero.