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Discurso de Gabriel Boric
Por Pablo BIFFI, para SudAmericaHoy (SAH)
Fue el tercer hijo de Mario Galán y Cecilia Sarmiento. Su padre, liberal hasta los huesos, fue perseguido por ser fiel seguidor de Jorge Eliécer Gaitán, asesinado en 1948 y cuyo crimen dio inicio al “Bogotazo”. Las amenazas que recibía por defender al líder liberal obligaron a la familia Galán a dejar su Santander natal y refugiarse en la convulsionada capital colombiana. Con apenas seis años, Luis Carlos Galán llegaba al centro del poder político colombiano, del que con el tiempo sería uno de sus principales protagonistas, hasta aquella noche trágica del 18 de agosto de 1989 cuando cayó atravesado por las balas de una alianza macabra entre narcotraficantes, paramilitares y fuerzas de seguridad del Estado. Un asesinato que hoy, 24 años después, aún sigue si esclarecerse del todo, pero que comienza a cerrar el círculo de la impunidad.
Pero ayer, la Fiscalía General de Colombia dio un paso importante para poner fin a la impunidad: ordenó la recaptura del general Miguel Maza, quien fue jefe del ya desarticulado servicio secreto y pieza clave en el crimen. El fiscal general, Eduardo Montealegre, afirmó que el organismo decidió ordenar el arresto, por tercera vez, al considerar que Maza estuvo implicado en el asesinato del entonces candidato a la presidencia y favorito para imponerse en los comicios de 1990, por los cambios que hizo en la escolta del aspirante poco antes del atentado. Maza había quedado en libertad la última vez en enero de 2012, cuando la Corte Suprema de Justicia encontró errores de procedimiento en su caso, pues no podía ser investigado por un juez especial sino por el propio Fiscal General. Sin embargo, el tribunal no anuló las pruebas y testimonios presentados en su contra en el proceso, por lo que la Fiscalía decidió ordenar otra vez el arresto del oficial en retiro.
Según Maza, que al momento del crimen de Galán era el director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), su institución cumplió con la protección del candidato presidencial. Pero a la Fiscalía siempre le pareció sospechoso que ese organismo cambiara a los miembros de la escolta pocos días antes del asesinato.
Galán se dio a conocer en la vida política colombiana a través del periodismo. Fue “adoptado” por el ex presidente Carlos Lleras Restrepo como su heredero político e intelectual y fue quien lo nombró en su primer cargo público, como miembro de la delegación colombiana a la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo, en Nueva Delhi en 1969. Al año siguiente, el nuevo presidente, el conservador Misael Pastrana, lo designó como ministro de Educación, cargo en el que permaneció hasta 1972, cuando pasó a la embajada de Colombia en Italia, durante cuatro años más. Fue Senador y candidato a presidente en 1982 por fuera del liberalismo, al que volvió poco después para apoyar en 1986 la candidatura presidencial de Virgilio Barco, quien sería electo presidente ese mismo año. Para 1989, antes de la noche trágica de Soacha, era el claro favorito para llegar a la Casa de Nariño, sede del gobierno colombiano.
La Fiscalía detalló en sus investigaciones que el crimen fue un complot organizado por el Cartel de Medellín, la principal banda de narcotráfico, liderada por Pablo Escobar, paramilitares de ultraderecha, policías y militares, y políticos corruptos que consideraban “peligroso” a Galán por su discurso en contra de la corrupción y la delincuencia. Por el asesinato de Galán purga una condena de 24 años de cárcel el ex ministro y ex congresista Alberto Santofimio, sentenciado en 2007, tras establecerse que fue quien instigó al Cartel de Medellín para ejecutar el atentado.
El senador Juan Manuel Galán, hijo del político asesinado, celebró la orden de captura contra Maza y dijo que eso ayudará en los procesos por otros magnicidios como los de los también candidatos presidenciales izquierdistas Jaime Pardo, Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro, todos ocurridos entre 1987 y 1990.
“La decisión no solo permitirá hacer justicia en el crimen de Luis Carlos Galán, sino que destapará la responsabilidad del general Maza en los asesinatos de Carlos Pizarro, Jaime Pardo y Bernardo Jaramillo. En todos esos crímenes hay una conexión y un ‘modus operandi’ común que se ha venido estableciendo gracias al trabajo de la Fiscalía”, dijo el senador.
Al funeral de Luis Carlos Galán asistieron mas de 1.000.000 de personas entre miembros de su familia, amigos, simpatizantes, miembros de los partidos Liberal y Conservador, del Partido Comunista Colombiano y de la Unión Patriótica, quienes veían en Galán –igual que medio siglo antes con Gaitán, su guía– una esperanza política para frenar el exterminio que se vivía en el país. Aunque en Colombia, siempre, lo peor estaba por venir.