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Discurso de Gabriel Boric
Algunos datos e imágenes de la expedición original
Por Fernando GIMENO
El espíritu aventurero de Kon-Tiki, la legendaria expedición que en 1947 atravesó el océano Pacífico en balsa para demostrar que los antiguos sudamericanos poblaron Oceanía, revive con una nueva travesía que partió otra vez desde Perú con destino, en esta ocasión, a la Isla de Pascua (Chile).
A diferencia del viaje realizado por el noruego Thor Heyerdahl, la expedición científica Kon-Tiki II pretende demostrar que la circunnavegación entre Sudamérica y la Polinesia era posible incluso antes de la llegada de los primeros colonos europeos, comenta su líder, el noruego Torgeir Higraff.
El viaje se fundamenta en un artículo científico publicado el año pasado en la revista Current Biology que asegura que los habitantes de la Isla de Pascua muestran indicios de ADN de nativos americanos por un contacto que pudo haberse producido entre los años 1300 y 1500.
Entre los integrantes de la expedición hay once noruegos, tres rusos, un peruano, un chileno, un mexicano, un inglés, una neozelandesa, un sueco, un canadiense y un noruego-canadiense.
La expedición prevé surcar unas 5.000 millas náuticas a bordo de dos balsas de madera construidas en el astillero de los Servicios Industriales de la Marina (Sima) de Perú con 42 troncos traídos desde Ecuador.
Los botes, bautizados como «Túpac Yupanqui» y «Rahiti Tane», son unas réplicas de las naves usadas por las civilizaciones prehispánicas de Sudamérica, con unas dimensiones de 17 metros de eslora, 7 metros de manga y 20 toneladas de desplazamiento en el agua.
Higraff zarpó el 1 de noviembre desde el Callao, la ciudad portuaria de Lima, con siete tripulantes en cada balsa. Completará el viaje en un tiempo estimado de cinco meses si a finales de diciembre logran llegar a la Isla de Pascua, donde siete tripulantes reemplazarán a sendos miembros.
El líder de la Kon-Tiki II ya encabezó la expedición «Tangaroa», que en 2006 emuló la travesía de Heyerdahl, pero solo en su viaje de ida y con la ayuda de un timón que esta vez no dispondrá.
Las balsas de Higraff se impulsarán solo con la ayuda de las corrientes marítimas y el viento, y se dirigirán mediante un sistema de guaras, paletas retráctiles de madera utilizadas por los precolombinos para mover sus naves mediante su introducción en el agua desde diferentes puntos del casco, explicó Higraff.
«Sobreviviremos pescando y comiendo patata deshidratada de los Andes, porque algunos tripulantes son vegetarianos. También recogeremos agua de lluvia, y estaremos comunicados mediante teléfono satelital», apuntó.
Higraff comentó además que los tripulantes tomarán muestras periódicas del agua para analizar su temperatura y posible contaminación, lo que será «particularmente útil en un momento de alta incidencia del fenómeno climatológico de El Niño».
El chileno Esteban Contreras, residente en Noruega durante la mayor parte de su vida, expresa su emoción por zarpar para poder conocer por primera vez la Isla de Pascua.
«Es un honor y una experiencia muy grande para mí estar aquí porque la expedición es muy conocida en Noruega y hubo miles de personas que quisieron participar. Es un orgullo que me escogieran», dijo Contreras.
La noruega Kari Skar Dahl, capitán de la «Rahiti Tane» en su travesía desde Perú a la Isla de Pascua, manifestó su alegría por navegar por primera vez en el Pacífico tras haber cruzado varias veces el Atlántico, y auguró que deberá enfrentarse a olas de unos seis metros de alto y 200 metros de ancho.
La nórdica Signe Meling, de 27 años, resaltó que será la única mujer que cubrirá los dos trayectos de la expedición, con la responsabilidad de capitanear la «Rahiti Tane» en su regreso a Perú.
El director de Intereses Marítimos de la Armada peruana, César Linares, defendió el apoyo de su institución a la expedición para conocer mejor las raíces e identidad marítima del país y garantizó la seguridad de los expedicionarios que estarán vigilados desde el centro de control de la Marina. (Efe)
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