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Discurso de Gabriel Boric
Por L. CANTÓ/I.PERALES/Efe/SAH
El presidente de Bolivia, Evo Morales, participa esta semana de la Cumbre de la Celac, donde aprovecha para proponer que se declare América Latina y el Caribe como una zona de paz. Morales celebra en Cuba su noveno año consecutivo de Gobierno y el último de su segundo mandato.
El presidente andino se perpetúa en el poder pese a sus, ahora antiguas, declaraciones de que apenas estaría un mandato y prepara el terreno para las elecciones de fin de año donde busca una nueva reelección. En su discurso de conemoración «el Evo», como le siguen llamando en las calles de Bolivia, dejó clara su apuesta concreta por el desarrollo pacífico de la energía atómica. Como muestra, incluyó el anuncio de que su país construirá un reactor nuclear.
En un discurso eterno -de casi cinco horas- para rendir cuentas ante el Legislativo y en el que arremetió contra sus predecesores y la oposición, el mandatario afirmó que el desarrollo nuclear se ha convertido en una «prioridad estratégica» del Estado boliviano.
«Bolivia no puede estar al margen de esta sabiduría que es patrimonio de toda la humanidad. Por eso hemos tomado la decisión de formar el programa nuclear boliviano con fines pacíficos», aseguró el mandatario que, con Nicolás Maduro, mantiene una muy estrecha relación con Irán.
Morales anticipó la próxima creación de una «comisión de alto nivel con los mejores científicos físico matemáticos de Bolivia» y subrayó que el programa nuclear ha pasado a ser una «prioridad estratégica» para este país.
Para ello, adelantó, se asignará un presupuesto especial y profesionales bolivianos serán enviados al extranjero para especializarse en el manejo de reactores nucleares.
Morales anunció que su país va a comenzar la «organización y diseño» destinados a la construcción de un reactor nuclear, «para aprender y controlar los usos médicos y energéticos» de ese tipo de energía.
«Queremos aportar a la vida y la humanidad del mundo», añadió.
En los últimos meses, el Gobierno boliviano ya había insistido en su interés en el desarrollo de la energía nuclear y defendido su derecho a ello.
Morales señaló en octubre pasado que su país cuenta con el apoyo de Argentina y Francia para este propósito, y también Irán ha ofrecido públicamente su respaldo a Bolivia para el desarrollo de energía nuclear con fines pacíficos.
Este anuncio tiene lugar dos días después de que el viceministro iraní de Exteriores para Asuntos Europeos y Americanos, Mayid Tajt Ravanchi, visitara La Paz, donde se entrevistó con Morales.
El vicecanciller iraní había asegurado días atrás en Teherán que el tema nuclear estaba en la agenda de su gira latinoamericana, que también incluyó paradas en Venezuela y Cuba.
El discurso de Morales, el último que ofrece esta legislatura antes de concurrir a las presidenciales de octubre próximo en busca de un tercer mandato, incluyó duras críticas a sus antecesores en el cargo.
Con viejos recortes de prensa en mano, el gobernante acusó a los presidentes que le antecedieron de haber «vendido la patria» a los extranjeros al permitir la privatización sistemática de las empresas estatales y someter al pueblo boliviano a un «dominio imperial y al saqueo neoliberal», en referencia a Estados Unidos.
Frente a este pasado, defendió la estabilidad y las políticas de nacionalización de su Gobierno y se congratuló por haber «recuperado la patria».
Según los datos citados por el mandatario, el Producto Interior Bruto (PIB) subió de 9.521 millones de dólares en 2005, un año antes de llegar al Gobierno, a 30.789 millones de dólares en 2013, mientras que la renta per cápita pasó en el mismo período de 1.010 a 2.794 dólares.
En materia de política exterior, recordó el incidente diplomático ocurrido en julio del año pasado, cuando varios países europeos vetaron el paso a su avión al sospechar que a bordo podía viajar el exanalista de la CIA Edward Snowden, reclamado por EE.UU.
También aludió a la disputa marítima con Chile y aunque manifestó que su país sigue abierto al diálogo para recuperar una salida soberana al Pacífico, también se reafirmó en la demanda interpuesta por Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya para forzar al país vecino a negociar una solución a este asunto.
Bolivia perdió su litoral a manos de Chile en una guerra librada a finales del siglo XIX.
Entre las «debilidades» del Estado mencionó los problemas de la Justicia boliviana debido a su retraso crónico y a la corrupción.
«Hay que reconocer que estamos mal en la justicia boliviana (…), es un tema estructural, aquí siento que no nos levantamos», admitió.
De los retos para el 2014, destacó la celebración en la ciudad oriental de Santa Cruz, en junio próximo, de la Cumbre del G77 más China, bloque que su país preside este año.