jueves, 31 de enero de 2013
Legalizar o no legalizar las drogas, esa es la cuestión

 

Stella MONTORO, para SudAmericaHoy (SAH)

La mayoría de las personas que viven en Sudamérica no tiene la menor idea del número de drogas, -lo que en general se entiende por drogas-, que existen sobre la tierra. La velocidad con la que trabajan los laboratorios y el auge de las “sintéticas” resulta sorprendente. La idea de legalizar el mercado que trae de cabeza a medio mundo y a México y Colombia les cuesta miles de vidas al año, sobrevuela periódicamente en el continente que produce, distribuye y fabrica buena parte de esas sustancias prohibidas. Cocaína, marihuana, éxtasis, heroína, polvo de angel… No importan los nombres. Tampoco si son «blandas» o «duras». Todas son  tabú pero, quien más quien menos, incluídos jefes de Estado, las ha probado.
Los tiempos cambian y con ellos los presidentes y ex presidentes que apuestan por la desaparición del narcotráfico con una ley que saque el consumo de la ilegalidad y regule la producción. Vicente Fox, Fernando Henrique Cardoso y César Gaviria, defienden, con diferentes matices ese escenario. El ex presidente de México propone, además, sentarse “a negociar” con los carteles. El de Colombia y ex secretario de la OEA se inclina por “soluciones intermedias”. Es decir, ni todas prohibidas ni todas legales. Su actual sucesor en la Presidencia, Juan Manuel Santos, ha repetido en diversas ocasiones la necesidad de buscar “alternativas” a la prohibición para ganar “la guerra contra las drogas”. Hasta Ernesto Zedillo empuja el carro de la legalización pero, hoy por hoy, José Mujica es el que llegó más lejos. El “Pepe”, como le conocen en su país al presidente de uruguay, presentó un proyecto de ley para liberar el cannabis y logró su aprobación en el Congreso. Todo parecía indicar que iba ser el pionero en dar un paso de semejante envergadura en la región pero el pasado diciembre, ante la polémica desatada, arrojó la toalla. “La sociedad aún no está madura” declaró desolado.
En Argentina, terreno fertil para la proliferación de las «cocinas de la muerte»  la Corte Suprema despenalizó la posesión de pequeñas cantidades de marihuanas en el 2009 pero en la mayoría de los países de la región tener, consumir, comprar o vender está penalizado. Paraguay, principal productor marihuana,persigue  e incauta alijos prácticamente a diario.
La economía de la «droga» genera “300,000 empleos para campesinos de los Andes sudamericanos que participan como provedeedores de materia prima: coca (200,000 hectareas), amapola (1.500) y marihuana (no menos de 1,000), observa Alejandro Perdomo Alguilera en un informe titulado “América Latina, entre el narcotráfico y la dominación”. El chileno Heraldo Muñoz, ex ministro de Ricardo Lagos y subsecretario general del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en América Latina y el Caribe reconoció:«Ni el PNUD ni la ONU tienen posición sobre el tema, pero nos parece legítimo que se empiece a discutir, como han propuesto algunas personalidades, regularizar o legalizar algunas drogas (…) el narcotráfico acabará minando la democracia en América Latina si no se aborda desde el lado de los países consumidores».
En octubre del 2011 Vicente Fox pronunciaba una conferencia en Washington donde no dejó un resquicio de duda sobre su posición «Mi propuesta es legalizar todas las drogas y su sistema de producción». Un párrafo posterior dejó a la audiencia, cuando menos, sorprendida: “Creo que la legalización tiene un sustento ético y moral. Porque ¿quién es el verdadero responsable del consumo? Directamente, los consumidores. E, indirectamente, sus padres.«
Al escuchar las palabras de Juan Manuel Santos, no fueron pocos los que sonrieron y recordaron a Bill Clinton cuando confesó que de joven había fumado un cigarrillo de marihuana pero no se había tragado el humo. El presidente colombiano dijo: “Hace 40 años probé la marihuana en la Universidad… Me equivoqué, cometí un pecado y me arrepiento de ese pecado” (sic)· Las palabras de Santos resultaron más convincentes en una entrevista con el diario británico The Guardian en la que dijo, «un nuevo enfoque debe acabar con las ganancias que para los violentos vienen con el narcotráfico… Si eso significa legalizar, y el mundo piensa que esa es la solución, le doy la bienvenida. No me opongo”.
Esa postura es la que sostiene hoy en día, consciente de que en Colombia, según la ONU, se consumen 130 por ciento más drogas que en los países industrializados. Su Gobierno ordenó recientemente la creación de la Comisión Asesora de Política de Drogas con el fin de encontrar “alternativa” y su ministra de Justicia, Ruth Stella Correa, anunció el proyecto de ley para despenalizar el “porte” de drogas sintéticas.
En un reportaje de BBC Mundo se recuerda que la Corte Constitucional colombiana ratificó una ley de 1994 que permite el porte de dosis mínima de marihuana y cocaína; 22 gramos en el caso de la primera y un gramo, en la segunda. El proyecto de ley, según el diario El Tiempo, permitirá a los colombianos llevar, «hasta 200 miligramos o tres comprimidos de derivados de las anfetaminas (excepto metanfetaminas, cuyo uso sigue prohibido)». El tema de la dosis mínima siempre ha generado polémica en Colombia.
En este contexto, con el debate de la legalización de las drogas servido en bandeja,las opiniones se dividen. Por un lado están los convencidos de que este tipo de medidas lo único que logran es aumentar el consumo de estupefacientes. Por otro, los hay que alzan la voz para asegurar que castigar a los consumidores es parte del problema y no de la solución.En el camino tampoco hay consenso sobre el grado de peligrosidad de las drogas sintéticas y de las otras.El ministro de Salud de Colombia, Alejandro Gaviria, compartió en su cuenta de Twitter un estudio británico donde expresaba su opinión: «Drogas sintéticas, las menos dañinas».
En menos que canta un gallo encontró una réplica: Entre los derivados de las anfetaminas -recuerda BBC Mundo- se encuentran drogas como el MDMA, la base con la que se hace el éxtasis, cuyos eferctos, aún hoy en día, son en parte un misterio.
La estética de los capos de la droga ha cambiado con los años. Atrás quedan los lujos y excesos del colombiano Pablo Escobar. Hoy los jóvenes señores de la droga, procuran ser más discretos. En estos vídeos encontramos suficiente material para hacerse una idea del nivel de vida, los recursos y la imaginación de sus ingenieros. También de sus gustos artísticos y musicales. Todo forma parte de la «narco cultura», otra forma de entender la vida.


Armas de oro de narco traficantes

Los secretos del «Narcoauto»

El «narco submarino» de Honduras que llegó del sur

Museo de los narcos, pistolas de oro, brillantes, monedas…La narcocultura.

Ojo, «asegurado» en México equivale a incautado

Mujeres por encargo para los narcos colombianos. Tallas y medidas a su gusto.

Casas de los viejos narcos y de los «junior». Con los tiempos cambia la estética

El narco corrido de Los Tucanes en un vídeo de la excelente película «El Infierno»

El vínculo entre la música y el crimen organizado volvió a ponerse sobre la mesa con el reciente

asesinato de los integrantes de KomboKolombia. Existe una narcocultura que llega a Nuevo León,

concretamente a San Pedro, y que podría incitar más a la violencia entre los narcotraficantes.

 

Los narcos se divierten a los tiros.

Documental -24 minutos- sobre la evolución de los narcosubmarinos